D'Hont benefició a PSOE y PP y perjudicó a Vox y Podemos

Luis J. Gómez
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Este sistema hace que el 32,37% de los votos socialistas se tradujeran en el 42,85% de los escaños. Si el porcentaje de Unidas Podemos fuera el mismo en diputados, habría sacado dos

D’Hont benefició a PSOE y PP y perjudicó a Vox y Podemos - Foto: Patricia González

Cada campaña electoral hay un hombre que cobra mayor protagonismo y no es ninguno de los candidatos. Se trata de Victor d’Hont, un belga del siglo XIX, que ideó un sistema de reparto proporcional de escaños según los votos conseguidos. Es el que se usa en las elecciones en España y también en Bélgica, los Países Bajos, Austria o Portugal. 

El sistema D’Hont funciona de la siguiente manera. Se coge el número de votos logrado por un partido y se divide entre 1, 2, 3... y así hasta llegar al número de escaños de una circunscripción. En Castilla-La Mancha, la que más escaños tiene en las generales es Toledo, con seis. De esta forma, cada partido sacaría seis cocientes. Si hay cinco partidos en liza, saldría una tabla de treinta cifras (seis por cada partido). Y a partir de ahí se elegirían las seis cifras más altas. 

Se puede ver con el ejemplo de las dos provincias de la región que elegían menos diputados:Cuenca y Guadalajara. En Cuenca el primer diputado se lo llevó el PSOE, con 42.579 votos, el segundo el PPcon 31.971 y el tercero fue para el PSOE, porque su número de votos dividido entre dos supera los 21.000, que es una cifra mayor que el total de votos que alcanzó Vox, que fue el tercer partido más votado, con 16.734. 

En Guadalajara, el primer diputado fue para el PSOE con 42.397 votos, el segundo para el PP, con 28.575 y el tercero para Ciudadanos, con 26.749, pues esta cifra era superior a la resultante de dividir entre dos el número de votos de los socialistas. 

En la provincia con más diputados, Toledo, el último parlamentario en liza fue el segundo del PP. Su número de votos (87.001) entre dos daba a 43.500, una cifra que finalmente fue superior a la de la quinta fuerza más votada, Unidas Podemos, que en conjunto sumó 41.772. Por eso, el sexto diputado fue para el PPy no para Unidas Podemos, que se quedó sin representación.

Esta forma de repartir los diputados ¿a quién beneficia? Pues mirando los resultados del pasado 28 de abril en la región, se ve claramente que salen mejor parados los partidos que quedan primero o segundo y penalizan principalmente a los que son cuarta y quinta fuerza.

En este caso concreto, el mayor beneficiado fue el PSOE. Sus votos representan el 32,37%, pero se tradujeron en 9 escaños, que son el 42,85% de los que se repartían. El número de diputados que le correspondería por un porcentaje igual de votos sería de 6,72%, es decir que D’Hont le ha beneficiado al menos en dos parlamentarios más. 

Aunque las generales no le fueron bien al PP, peor le habrían ido con otro sistema de reparto. Obtuvo el 22,69% de los votos, pero eso traducido a escaños habría sido 4,7. Finalmente, con la Ley D’Hont, consiguió seis, que representan el 28,57%.

La representación de Ciudadanos es la más equilibrada. Sus votos dan un 17,47% y sus escaños suponen un 19%. Logró cuatro diputados por Castilla-La Mancha, la misma cosecha que habría obtenido redondeando los 3,6 que le daba la traslación exacta de su porcentaje de votos en diputados.

La cuarta y quinta fuerza política fueron las perjudicadas por el sistema. Vox consiguió por primera vez representación en el Congreso por Castilla-La Mancha, con 15,29% de los votos y dos diputados. Pero esos dos parlamentarios representan el 9,5%. Para que la representación parlamentaria fuera pareja a su porcentaje de votos, tendrían que haber logrado 3,21 diputados, es decir uno más de los conseguidos.

Más aún ha perdido Unidas Podemos. Logró el 10,15% de los votos, pero eso no les dio ningún diputado. Proporcionalmente ese 10,15% habrían significado 2,13 parlamentarios.