Creador de riqueza y base del intercambio cultural, el comercio es parte imprescindible de la historia de Europa y de España. El comercio no solo propició la llegada a la Península de pueblos como los fenicios, sino que propiciaron el desarrollo de las matemáticas, la escritura o la marina. Ahora el comercio desembarca en Puy du Fou.

El toledano parque temático ha anunciado en sus redes la llegada de comerciantes procedentes de toda España a sus pueblos y aldeas. Son, de momento, catorce puestos y talleres que quieren ofrecer los mejores productos y comidas.

Así las viandas más finas se encontrarán en la casa de Yosef El Sefardí, El Sibarita. Hablamos de Aceites de los poetas, Vinos de las historias o Delicias del Sibarita, los mejores productos de Yosef El Sefardí traídos de todos los rincones de España y de la diáspora. Yosef no se hizo talmudista como el resto de su familia, prefiere los sabores terrenales y ahora es referencia en toda la Puebla Real en materia de aceites, vinos y mermeladas.

Comerciantes de toda la península en Puy du FouDe Galicia a Granada y de Lisboa al condado de Cataluña, curiosidades de todas las Españas se encuentran en el bazar de Yago, Yelmo y Alhajas. Es equipamiento para embarcarse en la aventura, seguir al almirante Colón o enrolarse como soldado, recuerdos de los más grandes héroes, sus armas y armaduras.

El Amanuense Ilustrador ofrece láminas iluminadas, plumas de caligrafía o libros de cuero, entre otros productos. El olor de la tinta lo impregna todo. El taller de Ildefonso está lleno de pergaminos y vitelas. Copia los antiguos manuscritos y elabora con meticulosidad las miniaturas de sus bordes. Utiliza para ello las mejores plumas de ganso, aunque dicen que su secreto está en emplear las de las garzas reales del Tajo. Son obras realizadas con paciencia y esmero para los monjes de la Sisla y los  forasteros de paso.

El Maravedí trae curiosidades de los descubridores, bellos ropajes o rica joyería. Antiguas rutas de comercio ahora olvidadas, mapas que guían hasta rincones ocultos, tesoros que aguardan a ser encontrados, desde joyas y damasquinados a bellos ropajes incluso armas de fuego; Marcos El Maravedí  acumula aquí artefactos y conocimiento, mientras sueña con descubrir algún día nuevas tierras para Castilla.

La Candelaria de Andrés es la perfección del trabajo de las abejas llevada a la elaboración de candelas, cirios, miel y licores. Andrés abastece de velas a serenos y alguaciles, pero también ofrece la mejor miel de la comarca, pura o elaborada con olor a romero a tomillo de la tierra, velas aromáticas o licor de miel.

En el Taller de Don Serapio vemos Tizonas y espadas de madera, marionetas de madera o instrumentos musicales, madera recién cortada y tocones de roble seco se convierten como por arte de magia en ingenios de madera. Don Serapio talla con sus manos los juguetes más bellos. Cincela, lija y barniza para dar vida a las fantasías  de todos con sus Tizonas y marionetas. Sus flautas y panderetas no tienen parangón.

No son las únicas Tizonas. El Espadero de Vivar presume de que la espada del Cid se forjó allí. Transmitido de maestro a aprendiz desde la roca del viejo Toledo, el secreto de la alquimia se custodia en esta forja. Antonio, el maestro espadero de Vivar, viste las manos de los mayores héroes y hace posibles las mayores hazañas. Escudos y armaduras lucen en sus paredes junto a las espadas del Cid y del Gran Capitán.

María, en su Confitería, lleva toda la vida endulzando la Puebla Real y alegrando la vida de grandes y pequeños. De todos los puntos de la comarca acuden al olor de sus piruletas y manzanas de caramelo. Elabora lingotes de puro chocolate y, entre ellos, esconde el secreto de un antiguo tesoro. Sus productos estrella son Piruletas de la abuela, Manzanas de caramelo y Lingote de la abuela.

En el Obrador de Tomé, hay tejas, anguilas y figuras de héroes, que siguen las recetas centenarias  de los antiguos conventos de Toledo. De padre a hijo, los Tomé mezclan la almendra, la miel y el azúcar para elaborar el mazapán más tradicional. Es que Tomé es escultor a la par que obrador, como lo demuestran sus tallas de mazapán.

Julia ha elaborado con sus manos productos de la mejor alfarería y decora la cerámica con los mejores dibujos. Julia conoce todas las técnicas, desde la loza sevillana a la azulejería de Talavera, con las que elabora en su Alfarería botijos del peregrino, juegos de heráldica y abalorios de cerámica.

Alforjas y cuerdas para la campaña de las Navas de Tolosa, así nació la vocación de trillar el esparto en la familia Guzmán. Su fama creció y sus encargos también: ahora todas las señoritas nobles de Toledo se pelean por sus sandalias de esparto, sombreros de paja y alforjas campestres. Están en la Espartería de Guzmán.

La Alcándara del Cetrero es el hogar de las aves. Una jaima guarda en el Askar todos los aperos y útiles de cetrería del califa. Allí los custodia Perico, cristiano capturado en una razzia que llegó a ser maestro halconero en Córdoba. Ahora cría sus aves y transcribe en pergaminos sus conocimientos, que aúnan la tradición cetrera oriental y occidental.

En los Talleres del Visir hay joyas de damasquino, abalorios y bolsas de piel. Incrustar oro o plata en el metal es la herencia y tradición de Damasco. Justo El Mozárabe lo aprendió del mismo Ziryab y su habilidad ha llamado la atención del propio Abderramán. Transforma en arte el picado del punzón y traza las más bellas figuras estriando hilos de oro. A su lado se encuentran abalorios de piel y alforjas de cuero, la mejor marroquinería bereber está en manos de Jalil El curtidor.

Finalmente, el Alatar de la Favorita trae jabones y perfumes elaborados por le gran alatar de Abderraman III. Las técnicas ancestrales del jabón de Alepo, las fragancias aromáticas de Damasco y Bagdad, olores del incienso, el serum y henna; todo invita a un viaje de los sentidos en el corazón de este campamento militar.

Estos cuatro comercios quieren ser un aliciente más para los visitantes del parque temático de Toledo.