El Gobierno regional no tiene «ningún inconveniente» a que el Ayuntamiento de Toledo negocie con la Tesorería de la Seguridad Social para  «quedarse con la propiedad de del edificio del Virgen de la Salud» una vez se haya entrado en funcionamiento el nuevo hospital del Polígono. Las fuentes de la Junta consultadas por La Tribuna consideran que una vez asumido el inmueble «podrá discutir su uso» y destinarlo a fines sociosanitarios y formativos  si es su intención, tal y como sugirió el pasado jueves el portavoz del equipo de Gobierno, José Pablo Sabrido.

El también vicealcalde y concejal de Hacienda explicó que la Junta, de quien depende la gestión del edificio, y el Consistorio, están estudiando las alternativas para el edificio con el objetivo de que el barrio de Palomarejos «no quede huérfano de actividad». «Estamos hablando con la Junta para mantener actividad», afirmó Sabrido, quien recordó que debe tratarse de un uso sociosanitario para que el edificio no vuelva a su propietario. Sabrido recalcó, no obstante,  que la decisión definitiva, en cualquier caso, se tomará de manera conjunta entre las administraciones regional y municipal.

La intención municipal de proponer que el solar donde ahora se ubica el Virgen de la Salud siguiera teniendo uso sociosanitario fue sugerida hace unos meses por el concejal de Urbanismo. Teo García propuso trasladar el Hospital Virgen del Valle a los terrenos que ocupa el Virgen de la Salud. De esta forma, el barrio de Palomarejos no sufriría tanto la pérdida de actividad que supondrá la puesta en funcionamiento del nuevo hospital en el Polígono. García respondía así a una pregunta realizada por Ciudadanos en la Comisión de Urbanismo en abril del año pasado, aunque recalcaba que la última palabra la tenía la Tesorería de la Seguridad  Social, propietaria del inmueble y la Junta de Comunidades, con competencias en materia de sanidad.

La opción de trasladar el geriátrico del Valle a Palomarejos también es defendido por la asociación de vecinos ‘La Voz del Barrio’ y los comerciantes del barrio que incluso iniciaron una campaña de recogida de firmas. Ambos colectivos entienden que es la forma de «mantener la vida en un barrio envejecido».