Guillermo Muñoz descubrió sus cartas

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Sonseca, con las fiestas suspendidas, fuera de cualquier celebración acogía una de las novilladas del certamen Promesas de Nuestra Tierra, que el empresario Manuel Amador está organizando por la geografía regional

Guillermo Muñoz descubrió sus cartas

Sonseca tenía ganas de toros, Sonseca con las fiestas suspendidas, fuera de cualquier celebración acogía una de las novilladas del certamen Promesas de Nuestra Tierra, que el empresario Manuel Amador está organizando por la geografía regional. Tras el exitoso del año pasado, era el momento de dejarlo reflejado para historia, minutos antes del comienzo del festejo el novillo indultado el año pasado por Miguel Zazo, “Ferianto” de la ganadería de “La Olivilla” tenía su placa en el patio de cuadrillas de la coqueta plaza de toros.

Otro año más acartelado el ganadero local José Manuel Galán, que embarcó seis erales con cuajo, romana y remate. A la postre otra vez, tarde de nota a nivel ganadero destacando por encima de todos “Fogonero” marcado a fuego con el número 162. Un eral que en otras manos hubiese podido tener la gracia de la vida eterna en la ganadería. El animal soñado por cualquier criador de bravo, que embistió como un tejón desde que apareció en el ruedo. Al final vuelta para el astado a su muerte por el ruedo sonsecano, acompañando el criador al novillero que sólo le cortó un apéndice.

Pedro Montaldo, que tuvo la fortuna de su lado con “Fogonero”, no supo aprovecharlo. Se lo sirvieron en bandeja de plata. Pese a lograr algunos pasajes lucidos muy jaleados por el respetable, Montaldo puso voluntad. Le falto lo que le pedía el de “La Olivilla” a gritos, distancia, tiempo, firmeza y decisión, todo ello en el lugar donde los bravos embisten mejor, el centro del ruedo. Luego la suerte suprema no la tuvo de su lado y el atasco con la tizona le dejó un triunfo sonado en una oreja.

El primero del festejo era un eral muy bonito y armónico que fue recibido con variedad por el novillero que se espoleó tras el quite de Muñoz con el capote a la espalda. Con la muleta quiso entrar en la faena, pero sin doblegar la brava embestida del animal que por momentos salía con la embestida descompuesta. No subió la temperatura de la faena, más que cuando le animaban los incondicionales desde el tendido 4. Mató de estocada tras un pinchazo, pidiéndole el respetable que saludase desde el tercio al arrastre de su enemigo.

Otro novillero de la factoría toledana que se pone a funcionar, otro joven novillero que empieza a ilusionar. Se trata del talaverano Guillermo Muñoz, joven que trae de cuna su afición por los toros y que se ha formado en la Escuela de Toledo. Pese a la rara temporada, su preparación ha sido tenaz y a conciencia, teniendo este paseíllo de Sonseca como el mejor de los escaparates para promocionarse. Toreó con encaje de capa al saludar a su novillo, comprobando la grata condición por ambos pitones de su oponente. Destacó el toreó con gusto y siempre quiso hacerle las cosas bien al burel de La Olivilla, logrando al final que la faena tomase vuelo. Llegaron momentos muy aplaudidos por los tendidos en las tandas por ambos pitones del talaverano. Al acabar con la espada, consiguió dos orejas al rodar delante de sus pies literalmente el astado, que paseó feliz por haber logrado la mitad de los objetivos propuestos.

En el que hizo quinto subió enteros su toreo, ante otro de los grandes novillos de la tarde. Se vió al Guillermo con el poso y el concepto de quien atesora el gusto que llevado delante de un astado hace sublime la combinación. El de Talavera realizó una esplendida faena que fue muy acogida por los tendidos que iban calentándose al tiempo que se encajaba una y otra vez el joven novillero. Lo que estaba llamado a un triunfo grande y sonado se quedó en una sola oreja por el fallo con los aceros, pero lo visto en la plaza y por la televisión le sitúan de cabeza en la final de Fuensalida

Cerraba la terna Joselito Sánchez de los espadas acartelados en Sonseca. Al tercero de la tarde le realizó una faena para el aficionado, con momentos muy brillantes y destacados por ambos pitones, con un concepto puro, de encaje y verticalidad, donde le gusta desplazar la muñeca hasta el final del trazo. Fallo en la suerte suprema, quedándole el consuelo del saludo desde el anillo a los aplausos cariñosos de los asistentes. Como colofón tuvo un animal más bruto y violento, donde no hubo acople en ningún momento de la faena. La violencia del eral desbrodó este epílogo de la novillada que sólo dejó a Sánchez demostrar una vez más su voluntad y ganas ante los animales. Mató mal y tras incontables pinchazos dio con el astado en el suelo de un golpe de verduguillo que puso el fin a la noche ya entrada de toros de Sonseca

Destacar la gran entrada de público en los tendidos, todos con mascarilla y guardando las distancias entre otros asistentes.