«Ha habido una respuesta unánime de entusiasmo en aTempora»

Leticia G. Colao
-

El comisario de 'aTempora Talavera. 6.000 años de cerámica en Castilla-La Mancha', Alfonso Caballero Klink, hace un exhaustivo repaso de la considerada como la mejor exposición de cerámica nunca realizada no sólo en la región sino en toda España.

"Ha habido una respuesta unánime de entusiasmo en aTempora" - Foto: Manu_Reino

En sus palabras se reflejan las satisfacciones que ‘aTempora Talavera’ está generando en sus creadores que, incluso, ha llenado de orgullo a la ciudad y a toda la comunidad autónoma. Alfonso Caballero Klink, comisario de la muestra y director del Museo de Cerámica ‘Ruiz de Luna’ entre 2008 y 2015, hace un repaso por el trabajo previo y «complejo» de una muestra de gran magnitud, por la actualidad de una exposición que supera las expectativas -no sólo en cifras-, y la repercusión que este proyecto ya para la historia, dejará en el futuro más inmediato.

 

Tan sólo queda un mes para el cierre definitivo de ‘aTempora Talavera’ después de su ampliación durante dos meses más. ¿Qué balance puede hacer a estas alturas?

El balance no puede ser más exitoso, así de claro y contundente. Ya la decisión de prorrogar la exposición dos meses estaba marcada por la afluencia de público, no fue un capricho tomar esa decisión sino porque sabíamos que se iba a quedar gente sin poderla visitar.

Cerámica desde el Neolítico hasta nuestros días, ¿Era esa la idea inicial de la exposición o fue surgiendo durante su preparación?

Fue surgiendo, no era esa la idea inicial ya que tenía un final no tan actual, nos habíamos quedado prácticamente en Ruiz de Luna  y sus contemporáneos. Pero con el ‘y ya que...’, esa frase tan española, empezamos a movernos y hablar, y ya incluimos colectivos de la zona de Talavera y Puente, nos dimos cuenta de que no podíamos dejar pasar la ocasión de hacerla completa, desde la primera hasta la última. En un principio iban a ser unas 50 piezas por sección, establecimos un índice para empezar y luego cualquier parecido suele ser pura coincidencia, incluso habíamos incluido mundo mudéjar pero no Toledo hasta el siglo XX. No somos perfectos, y lo enriquecedor es eso, cuando abres una idea y con aporte del Comité Científico se va perfilando y mejorando. Y este es el resultado final.

¿Cuánto tiempo necesitaron para dar forma a una exposición de esta magnitud?

Contando con el Comité Científico se ha llevado mucho mejor y por eso se ha podido ser más ambicioso, ellos tiraban más de su hilo al pedir más para sus secciones. La idea empezó hace dos años, ya hubo autorización por parte de la administración regional, y a partir de ese momento nos pusimos a trabajar tanto desde la Fundación Impulsa, con José Domingo Delgado, como yo, a hacer la columna vertebral de lo que iba a ser la exposición, en todos los aspectos.

Ha sido un trabajo muy duro que el visitante de la exposición no conoce.

Claro, incluso en las propias sedes, en un principio era Santa Catalina, luego piensas cómo vas a dejar fuera el Museo Ruiz de Luna, y las obras contemporáneas... el mejor sitio en el Centro Rafael Morales. A esto hay que sumar que muchos alcaldes habían manifestado su deseo de que las obras de Ruiz de Luna en sus municipios pudieran estar presentes en la exposición... por lo que hicimos los paneles, pero ¿dónde?, en otro sitio espectacular como es el claustro de La Colegial, que tampoco estaba previsto inicialmente. Todo ha ido surgiendo de una manera espontánea para completar la realidad de la primera idea de la exposición, todo han sido mejoras.

¿Qué papel ha jugado el Comité Científico de la muestra, expertos de renombre en cada una de las secciones de las que se han encargado?

La palabra es nivel, ese es el papel que han jugado, han sido unos subcomisarios, cada uno se responsabilizó de su sección y nuestra tarea ha sido la de estructurarlo y organizarlo armoniosamente, pero quien ha sacado las últimas piezas y las últimas teorías de investigación ha sido el propio Comité Científico.

¿Qué ha sido lo más difícil, lo que más quebraderos de cabeza les ha dado antes de ver la exposición en pie?

Ya no me acuerdo (ríe). Ha sido complejo, cuando empiezas a ver correos que llegan, cajas que se abren, piezas que se van depositando en el interior de las vitrinas... ese puzle es complicado. El discurso, uno controla y estuvo en todos los museos, y formó parte de la selección de las piezas, pero muchas de las piezas diferían de la foto a cómo eran en realidad. Luego encajaba o no encajaba, el espacio vital de la propia vitrina ves que no pega nada, que se come a la de al lado... son cuestiones museográficas complejas y con la fecha del 21 de septiembre sobre tu cuello. Cerrar vitrinas, las cartelas no llegan, esta no es de aquí... el entre bastidores de una exposición de más de 1.200 piezas es muy difícil.

Los días previos fueron un trabajo muy intenso, con jornadas de ocho de la mañana a una de la madrugada. Afortunadamente la empresa de montaje fue una gran colaboradora. Los correos y los directores de los museos no sólo de Castilla-La Mancha, que también vinieron a echar una mano, han sido una ayuda primordial, también muchos particulares que han traído sus piezas y también nos han asesorado.  Ha habido una respuesta unánime de entusiasmo, tanto de gente de Talavera como de mucha gente de Toledo, para que esta exposición sea lo que está siendo.

Es la mayor exposición, no creo que haya habido muchas exposiciones de esta magnitud, de esta locura como la que hemos organizado.

¿Y la principal o más satisfactoria sorpresa?

Ha habido muchas alegrías, no sólo la estadística que es fría y matemática, sino mucha gente que me ha llamado ex profeso, compañeros de universidad, museos, ceramólogos para decir, «enhorabuena, he visto la exposición, qué bonita». Eso es un subidón. Me imagino que habrá gente que echará algo en falta, nadie es perfecto, pero lo que sí está claro es que hemos movido todos los palillos. Ha colaborado la Iglesia, el Arzobispado, el Ayuntamiento de Talavera, de Oropesa... a todas las puertas que hemos llamado, en el 99 por ciento, nos han dicho para adelante.

Hablaba ahora de estadísticas. Las más positivas llegaban hasta las 60.000 personas pero ya se han superado los 73.000 visitantes. El nivel de aceptación y reconocimiento, especialmente de la ciudad de Talavera, que la defiende orgullosa, es otro triunfo de la organización.

Eso es de lo que más me alegro porque siempre ha habido sus recelos y sus cosas. Yo pensaba, que soy de Ciudad Real, qué van a decir los de Talavera que venga alguien que no es de aquí. Y no, todo lo contrario, incluso desde el Ayuntamiento, concejales, gobierno y oposición. He visto sonrisas sinceras e incluso atrevimiento de ‘enhorabuena’ asegurando que está siendo un éxito. Y eso en una ciudad con problemas que me constan... creo que nuestro granito de arena lo hemos puesto.

La visita del ministro de Cultura, José Guirao, también ayudará a su difusión para lo que queda de exposición.

Sí, además fue una visita perfecta. He tenido otras visitas similares en mis diferentes cargos administrativos en otras exposiciones, pero la visita en Talavera del ministro de Cultura fue un acto como muy cotidiano, muy poco protocolario. Estuvo muy bien, además se notaba que es un señor que no está ajeno a los museos, que ya lo sabíamos por vocación y profesión y que no solamente captaba lo que se le decía sino que incluso participaba en los comentarios que hacíamos. No es un experto en cerámica porque hay pocos pero sabía de qué se le estaba hablando.

¿Cuáles han sido las principales estrategias seguidas para la gran difusión que ha tenido la exposición?

Esto ya lo vimos un poco en aTempora Sigüenza, jugábamos con ventaja. Primero la publicidad provincial y regional, pero luego han tenido los guiños hacia Madrid. Madrid es una provincia más de Castilla-La Mancha, y cuenta con el potencial de sus cinco millones de habitantes, 120 kilómetros a Talavera, la autovía... estaba todo para que fuera un éxito. Ysi a esto le añades la publicidad en el Metro de Sol, eso ya ha sido el éxito completo, porque cantidad de gente que me ha mandado Whatsapps, correos con fotos en el metro... ha sido curiosísimo.

Todo se ha unido, también el ‘boca a boca’, que es muy importante, gente que ha traído a sus compañeros, a su familia... pasas el día en Talavera, un día inolvidable.

¿Qué papel jugará ‘aTempora’ a la posible declaración de la cerámica como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco?

Yo creo que el segundo volumen del catálogo prácticamente es casi el 50 por ciento del dossier que exige la Unesco  para preparar y llevar al Ministerio para elevarlo a Patrimonio Mundial. Esas fichas, esas fotografías maravillosas, ese compendio de cerámica recopilada de la exposición y los paneles que no han podido venir porque están in situ en sus parroquias... bordándole un poquito, y haciendo el formato administrativo que exige la Unesco, es el expediente. Esto lo sumas con Puebla y se arropa un poquito más, y el expediente ya está hecho.

Queda un mes para cerrar las puertas de la exposición, ¿Qué esperan en este tiempo, muchos visitantes más?

Sí, todo es más agradable ahora a la exposición. Los días son más largos, ya no hace tanto frío, llega ya la primavera y el boca a boca sigue funcionando. Las visitas institucionales y particulares también colaboran y aumentan... estoy convencido de que vamos a superar a la población de Talavera, y creo que vamos a estar muy cerca de los 100.000. Estamos en 73.000, creo que a l os 85.000 sí llegamos.

En este momento, a punto de cerrar, ¿Haría actualmente la misma exposición o variaría algo las previsiones iniciales?

¡Qué pregunta! Virgencita, virgencita, que me quede como estoy... ahora mismo ya no se puede pedir más. No hubiera cambiado, las cosas malas se olvidan muy rápido y las buenas se mantienen. Ha habido cosas malas que ya no se recuerdan y sí de la maravillosa evolución que ha tenido y que es la que tiene que guardarse en el disco duro.

Se habla de Burgos como próximo destino de una parte importante de la muestra, ¿Se celebrará al final?

Creo que sí, pero no me compete a mí hablar de ello. Creo que se va a llevar una parte importante a Burgos.

¿Cree que posteriormente puede ser una muestra que se exponga en otros sitios?

Sería un gran esfuerzo que no sé si compensaría. Los museos estamos acostumbrados a dejar las piezas unos tres o cuatro meses, es lo normal. Estas piezas ya llevan desde septiembre, ahora las que vayan a Burgos al final van a estar fuera 8 o 9 meses, no es frecuente. Puede que haya alguna institución que ponga sus reparos...  

Llevar las piezas a otros sitios... no lo sé, pero no lo veo ahora mismo. No obstante, invertir en cultura, como estamos por desgracia tan escasos, siempre es bienvenido.

¿Le quedan ganas de hacer otra exposición similar?

Pues sí, me queda una que ya está anunciada, la exposición de cerámica popular o alfarería popular en Castilla-La Mancha. Era la parte final de esta gran exposición pero ante el volumen que iba adquiriendo esta exposición decidimos que no podíamos suicidarnos, no podíamos hacer más porque no llegábamos, incluso presupuestariamente.

Está pendiente hacerla en Talavera y me encantaría, sería mi broche final, porque me gusta mucho la alfarería popular, tengo algunas piezas que he ido comprando, y sería una exposición económicamente más fácil de hacer. También sería muy importante porque nos veríamos reflejados en nuestras casas de campo, en recuerdos familiares porque muchas de estas cerámicas todavía persisten. Sería el broche final de la evolución de la cerámica, desde el Neolítico hasta la cerámica popular.

¿Qué ha supuesto para usted, personalmente, ‘aTempora Talavera’?

Un reconocimiento y una gratificación.Me marché del Museo de Santa Cruz bastante triste, las normas administrativas no me permitieron continuar al cumplir 65 años. Después me han ofrecido tanto la exposición de Sigüenza como la de Talavera, es un reconocimiento que han querido tener conmigo, una deferencia y creo que hemos estado a la altura. Me siento muy halagado y muy contento de haber podido comisariar esta exposición y no haber dejado a nadie en la cuneta sino todo lo contrario, haber podido colaborar en el proyecto general que era fomentar  y difundir con el legado de Talavera hasta nuestros días.

Qué se le pasará por la cabeza cuando echen el cierre…

(Risas). Qué alivio!  Todo tiene su fin, como dice la canción. Es una etapa, el día 25 empezaremos zafarrancho de combate, con la devolución de las piezas, todo al revés, vienen los correos a por sus piezas... y se acaba la película. Devolvemos el edificio lo mejor que podamos a la Fundación Aguirre, que se ha portado de maravilla, y por supuesto, será un antes y un después, sin duda.

 

 

«El Museo Ruiz de Luna es un diamante en bruto que tiene Talavera y todavía no se lo cree»

Usted fue ocho años director del Museo de Cerámica Ruiz de Luna, que parece no termina de despegar.  En su opinión, ¿Dónde está el problema?

Es un tema muy complejo, ¿qué le falta? Son muchas cosas. Por mi experiencia puedo decir que siempre que había cambio de Corporación en Talavera era el primero en ofrecer el museo al responsable político de turno. Este Museo no es ni de Toledo ni de Madrid, es de Talavera, aquí le tenéis para hacer vuestras actividades, traer a vuestros alumnos, hijos, familiares... quien tiene que disfrutar y sufrir el Museo son los talaveranos, es su Museo.

Es un diamante en bruto que tiene Talavera y que todavía no se lo cree, el museo es una maravilla, es un museo pequeñito, perfecto porque tiene de todo, es un museo abarcable y espléndido, cualquier extraño que venía a verlo se sorprendía de la calidad de las piezas. Creo que falta ese cordón umbilical con la sociedad, que no cree que tiene ese museo.

En este sentido, debo poner una pica en Flandes por la actividad de la Asociación de Amigos del Museo, siempre, desde épocas anteriores a ahora está haciendo muchas cosas, y sus conferencias, y quiero resaltarlo, con más de 100 personas, han sido todo un éxito. Ahí sí que ha demostrado la sociedad de Talavera que sí le interesaba.

¿Puede estar relacionada esta situación del Ruiz de Luna con la crisis que vive la ciudad?

No lo sé, pero sería un buen revulsivo, cuando alguien tiene malos momentos, los temas culturales, lúdicos, turismo, gastronomía... son lo mejor para agarrarse y evadirse de esa realidad, es una buena terapia.

Se habla desde hace tiempo de la falta de un director exclusivo para el Museo sin que dependa del Santa Cruz de Toledo, ¿Sería esa una solución?

Colaboraría, siempre sería una pieza importante y sé que se está luchando y en mi época se luchó... la dirección de un centro es muy importante pero no es vital. Si el Museo estuviera cerrado, si no tuviera ordenanzas... sí que sería criticable, pero el Museo está abierto para su uso. El problema es que no se usa, no llega. Por supuesto que lo de la dirección es necesaria, pero incluso existiendo esa dirección, si la ciudad no acepta ese museo, da igual.

¿Las autoridades, administraciones han tratado bien la cerámica, la han cuidado o recuperado cuando ha sido necesario?

Creo que sí ha habido una preocupación por la cerámica de Talavera, el tema no sé si radica en que la cerámica de Talavera era exclusivamente la gallina de los huevos de oro y se han dejado otras cosas más abandonadas. Cuando yo era director del Museo siempre estaban pendientes. Ahora están los paneles, que le dan gran valor como una forma de mantener viva la tradición cerámica de la ciudad... es otro esfuerzo que gusta a la gente y suma en positivo.

En su opinión, ¿Mejorará esta valoración de los talaveranos y del resto de la región hacia la cerámica una vez finalizada ‘aTempora’?

Yo creo que sí, mejorará y se valorará más. El ciudadano de Talavera o Puente que tenga una pieza o un ‘cacharro’ como decimos nosotros, de su abuela en su casa y vea que ha visto en ‘aTempora’ uno muy parecido, valorará que ha habido una exposición donde piezas muy similares están expuestas y donde ha venido gente de todos los sitios de España y algunos han repetido por partida triple a verla.