Ha madrugado este año de nuevo el inicio de la temporada taurina en la provincia. La Asociación Taurina pueblana consolida por segundo año consecutivo el festejo que se organiza para celebrar la festividad de la Virgen de la Paz.

No sólo se ha inaugurado en nuestra geografía la actividad con este encierro, sino que ha sido el primero del año en España. Ello ha congregado a cientos de aficionados venidos de diferentes puntos del centro peninsular, que, tras el parón propio del invierno, vuelven a retomar la actividad taurina.

La Puebla de Montalbán, que celebra con fervor la Virgen de la Paz, vuelve a celebrar toros, con la inestimable ayuda del Ayuntamiento que ha facilitado y colaborado con los aficionados locales que tanto empeño han puesto en que salga todo bien. Pero el paso de la borrasca ‘Gloria’ y las lluvias caídas el sábado, hacían peligrar su celebración, aunque una tregua vespertina dejó que todo transcurriese a la perfección.

Los vecinos llenaron balcones, ventanas y empalizadas, para ver correr los dos toros elegidos para la ocasión que fueron soltados de uno en uno para el disfrute de corredores. Esta vez los valientes que osaron ponerse delante de los cornúpetas, lo hicieron midiendo los terrenos, pues la lluvia había dejado las calles con un peligro importante. No obstante, las sueltas de los dos machos, de las ganaderías de Bellos Montes y La Olivilla de La provincia, que condicionaron sus embestidas y empleo a la poca seguridad de sus apoyos en la calle.

Al final se soltó también una vaca a la que se arrimaron más los valientes mozos. Se vieron carreras muy emocionantes y de ello damos cuenta con las imágenes del fotógrafo de La Puebla, Fernando Melara, que estuvo atento con su cámara a cualquier detalle del festejo.

Al final de la tarde se guardaron las tres reses, de un encierro que se consolida como el primero del año en Toledo y que este año ha sido el primero de España. Por la mañana y dirigido a los más pequeños, hubo una bueyada infantil en la plaza mayor, donde muchos niños se acercaron a disfrutar de una tradición que en La Puebla de Montalbán, la llevan en las venas al trasmitirse de padres a hijos, de generación en generación. Que dure esto muchos años.