Año nuevo, continúa la misma miseria

J. Monroy
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Personas necesitadas de toda la provincia acuden al nuevo reparto de Cipriano González, el 'amigo de los pobres', que en esta ocasión no sólo ha entregado comida, sino también ropa y juguetes

Año nuevo, continúa la misma miseria - Foto: David Pérez

Comienza un nuevo año, pero no hay buenas noticias. La pobreza, lejos de remitir continúa y hasta aumenta. Buen testimonio de ello pueden dar Cipriano González, el ‘amigo de los pobres’ y su treintena de voluntarios, que este jueves hicieron el primer reparto de 2019.

Como viene siento habitual, personas individuales y familias enteras, en ocasiones de toda la provincia, vencieron la vergüenza y el miedo al estigma social para acudir a este reparto mensual de Cipriano, bien organizado por sus voluntarios, con un orden escrupuloso. Los primeros llevaban horas esperando. Sin trabajo, apuntaban, lo mismo les da estar allí, no tienen mucho más que hacer.

Entre la comida, destacar la presencia de dulces, aceite y leche. No han querido en el Auxilio de los Pobres de Toledo que cada bolsa llevara más de ocho artículos, para que no se rompieran. Pero también había artículos adicionales, como fiambre. A todo ello esta entrega se unía mucha ropa «en condiciones», así como muchos juguetes para los más pequeños de la casa. González agradecía su apoyo a fábricas como Tello o De la Viuda, además del Colegio de Médicos, «que trae también cantidad de alimentos».

Petición por el empleo. «Aquí hay cantidad de gente, estamos trabajando, dando cantidad de cosas», explicaba Cipriano González, unos instantes antes del reparto de este jueves, mientras señalaba las más de cuatro mil bolsas de alimentos que se acumulaban en el almacén.

En realidad, el ‘amigo de los pobres’ confesaba que sigue aumentando el número de personas que se acercan por comida. Lo viene avisando desde hace tiempo:a pesar de la supuesta recuperación, sigue habiendo pobreza, personas sin ingresos, que no tienen cómo conseguir el sustento diario.

«Una cosa es que se diga que se acabe la crisis y otra es que sea verdad. Aquí viene más gente, que cualquiera venga y lo vea», apuntaba González. Son personas, en ocasiones, que no tienen ningún tipo de ingresos. Otros, aunque consiguen trabajar de vez en cuando, no les da para comer. Porque «hay gente que no cobra nada, pero mucha, y otra que cobra muy poquito, doscientos o trescientos euros». Sin noticias todavía de la subida del salario mínimo.

Pero más allá de esta ayuda puntual, Cipriano González alza la voz por quienes no tienen nada y pide oportunidades: «la gente tiene que trabajar, tiene que vivir. ¿Qué puede hacer una persona que no trabaja? Sufrir ellos y su familia, porque una persona que no trabaja, o va a trabajar y le dan doscientos euros, arrastra a toda la familia».