El presidente de Castilla-La Mancha volvió a mostrar su determinación a acabar con la «guerra fiscal» entre comunidades autónomas, para lo que avanzó que en el mes de enero espera tener lista un proyecto de ley de armonización fiscal. Eso sí, «en positivo», ya que en su ánimo no está plantear ninguna batalla fiscal con otras regiones, «que quede claro», dijo. Pero sí para que no haya esas guerras. Una ley «que corrija los desmanes, aprovechamientos y las trampas fiscales» convencido de que la fiscalidad tiene que ser «una parte esencial del concepto de nación y de patria». Y es que, a su juicio, «no se hace más españa buscando atajos fiscales» pronunció en una crítica al independentismo que busca el «privilegio de unos sobre otros».

De este modo confió en poder aprobar esta iniciativa legislativa en las Cortes el próximo mes de enero pero «sin retórica ni agresividad, sin echar la culpa a nadie», sino como un mecanismo de armonización que permita que nadie se aproveche de las condiciones fiscales de otra comunidad.

Sin decirlo, García-Page criticaba el acuerdo de presupuestos generales del Estado que se atisba con los independentistas de ERC. Unas cuentas que pretenden avanzar en igualdad social, pero que quienes las aprueba buscan la desigualdad territorial «porque quieren ser más que el resto de los españoles».