La publicación, en este periódico, de la licitación del contrato redactado para el servicio de catering que se ofrecerá tras la gala de entrega de honores y distinciones del día de San Ildefonso. Según consta en el documento, de un folio de extensión, será para unos 400 invitados, tendrá una duración estimada de dos horas, y se ha estimado en un presupuesto máximo que alcanza los 10.000 euros.

La información ha generado, como era de suponer, cierto revuelo por el gasto de una cantidad de dinero público que, en estos tiempos de apreturas, no resulta ni ética ni estética. Preguntado por la polémica, el portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento apreció que la opinión de esta formación siempre se sustentará «en la comparación de un catering con la necesidad social» que existe en la ciudad. Porque, en palabras de José María Fernández, «en nuestros criterios de prioridades estará el ámbito social, siempre, por encima de un catering en un día festivo».

Sobre la cantidad a gastar en este acto institucional -que todavía no está establecida porque la propuesta puede ser inferior, no dudó el portavoz de Izquierda Unida en responder a esta suerte de justificación municipal al aludir a que «las licitaciones a la baja en las contrataciones públicas» suelen repercutir en «la reducción del personal y en una rebaja de sus condiciones laborales».