Silenciosa Expiración

J.S.
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El Cristo de la Expiración, una talla sin adornos que muestra a Cristo muerto en la Cruz, salió a las tres de la madrugada del convento de Santo Domingo el Antiguo.

Cristo de la Expiración.

A las tres en punto de la madrugada se abrieron las puertas de la Iglesia de Santo Domingo el Antiguo. Comenzaba así la procesión del Cristo de la Expiración, una talla de madera sin policromar, de tamaño natural, atribuida a la escuela italiana del siglo XVII.

La del Cristo de la Expiración es una procesión sobria y sencilla. Ni siquiera suena música durante este Vía Crucis. El silencio lo domina todo. Un silencio tan solo roto por el traqueteo de las horquillas contra el suelo empedrado del Casco. 

A su paso por Santo Domingo el Real al Cristo de la Expiración le esperaba el Redentor, que una hora antes había recibido la visita del Cristo de la Vega. Tras la parada, en la que se volvió a escuchar el Miserere, el Cristo de la Expiración tomó el camino de los Cobertizos.