Pasos en el Instituto de Investigación Aeroespacial

m.g. / toledo
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El edificio podría estar operativo en abril o mayo. La rehabilitación respetará el trabajo actual de los docentes y alumnos en los laboratorios provisionales de estas instalaciones

Pasos en el Instituto de Investigación Aeroespacial - Foto: David Pérez

El edificio número 26 no dice mucho a simple vista, salvo que se trata de una antigua nave industrial en la Fábrica de Armas, rehabilitada hace años, que  lleva tiempo usándose como estación depuradora y como laboratorio temporal . Sin embargo, tiene un futuro prometedor como sede del Instituto de Investigación Aplicada a la Industria  Aeroespacial (INAIA) una vez que finalicen las obras de rehabilitación proyectadas que posiblemente se inicien a lo largo de este mes, como explica el director de la Escuela de Ingeniería Industrial y Aeroespacial, Fernando Castillo.

La empresa ‘Técnicas para la Restauración y Construcciones S.A.’, adjudicataria del proyecto, se encargará de acondicionar el interior del edificio «para adaptarlo a las nuevas necesidades de la Universidad de Castilla-La Mancha». No es la primera vez que se actúa en estas antiguas instalaciones, ya que se remodelaron en el año 2000 y actualmente acogen la estación depuradora. Si bien, ahora se ha proyectado un moderno centro de laboratorios de investigación para que distintos grupos de profesores y de alumnos puedan desempeñar los proyectos que se vayan poniendo en marcha.

Esta intervención cuenta con un plazo de ejecución de un año, aunque lo más probable es que el edificio esté disponible en nueve meses, y un presupuesto de 2,7 millones de euros, con la posibilidad de financiar el 80%a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). La obra promete ser  ágil porque se trata de un espacio diáfano de dos  plantas y no requiere demasiada complejidad compartirmentarlo en varios laboratorios ligados a la ingeniería aeroespacial, pero también a otras áreas de la ingeniería industrial.

Está previsto también trasladar la depuradora que ahora ocupa el espacio central de la nave, al exterior y soterrarla. Por tanto, el edificio reservará ese espacio central para la actividad investigadora y el resto, esas dos alturas posibles, se habilitarán para uso docente y administrativo. El edificio en sí ofrece una buena adaptación por sus dimensiones, ya que dispone de poco más de 2.300 metros cuadrados de superficie, la mayor parte en la zona baja.

la adaptación. El edificio escogido se ubica en los terrenos de la Antigua Fábrica de Armas, junto a la margen derecha del río Tajo, con lo que no ha sido necesario estrenar el suelo cedido recientemente por el Ayuntamiento a la Universidad para levantar el Campus Tecnológico en los antiguos Polvorines de la Vega Baja.

«La reparación y puesta al día de la estructura es una de las operaciones más transcendentales del proyecto». El pliego de prescripciones técnicas apunta que se ha fijado como objetivo prioritario «mantener en lo posible el espacio global y unitario», con lo que el proyecto contempla una compartimentación «flexible y reversible» con tableros de contrachapado de pino y cristaleras.

El edificio albergará numerosos laboratorios, entre ellos, de motores, de motores de plasma y mecatrónica. También habrá espacio para talleres, almacenamiento de materiales, espacios para investigadores, sala de juntas y exposiciones y otras estancias administrativas.

El plan de obras resulta muy acertado para el personal docente e investigador, ya que se trata de una actuación «modular», según Castillo, que no interrumpe el trabajo que se está llevando en el edificio desde hace tiempo. Hay que tener en cuenta además que este instituto de investigación ya está en marcha a pesar de no tener lista la sede y cuenta ya con dos importantes proyectos que se están ultimando para potentes empresas del sector.

Ingeniería industrial mantiene una importante labor investigadora con bastantes líneas abiertas en la actualidad y sumará muchas más en los próximos años con el impulso del sector aeroespacial.