Perplejos. Así aseguran encontrarse los padres de los alumnos del colegio público de Azucaica que, desde hace ya varias semanas, han comenzado dar clases en las antiguas escuelas del barrio. El motivo no es otro que las malas condiciones del centro. Y es que, tal y como aseguran, ese edificio «no está bajo ningún concepto en condiciones para ser utilizado en el ámbito educativo».

 Sus quejas se centran en varios aspectos. El primero de ellos no es otro que la limpieza e higiene. Los padres de los alumnos que actualmente reciben clases en las antiguas escuelas de Azucaica aseguran que los aseos están atascados. Las tuberías no funcionan como debieran y eso revierte en que los orines de los niños se quedan en los inodoros con el consiguiente problema de higiene, agravado con la pandemia de coronavirus y las medidas que deberían tomarse.

Además, apoyados por la asociación de vecinos del barrio, los padres también señalan que el edificio no cuenta con calefacción. «Es inexistente», señalan, algo que ha obligado a muchos niños a tener que llevarse mantas de sus casas.

Los padres aseguran que la Consejería de Educación les dijo que la calefacción se iba a apagar el 1 de abril, pero la realidad según ellos es que «no ha funcionado nunca».

Solo gracias a los propios profesores del centro se ha podido contar con una temperatura aceptable en las aulas. Los docentes se han llevado de sus propias casas calefactores que han aliviado las bajas temperaturas, aunque en muchas ocasiones no han podido emplearlos todo el tiempo que debieran, ya que su uso hacía que saltara la luz.

Además de todas estas complicaciones, los padres y la AAVV ‘La Candelaria’ denuncian también que el nuevo edificio cuenta con un mobiliario muy escaso. «Tanto el mobiliario de clase como mesas, sillas, armarios... no existe para ciertos niños porque no disponen de ello», afirman, algo que también sucede en las instalaciones deportivas de las antiguas escuelas. No hay balones, pero tampoco canastas donde jugar, ni porterías.

De esta forma, los padres reclaman a la Consejería de Educación que ponga soluciones para que sus hijos puedan recibir clases en condiciones óptimas, ya que han sido ellos los que han dado luz verde a la apertura del centro.

El edificio, de titularidad municipal, fue acondicionado por el Consistorio para su cesión a la administración educativa con el fin de albergar a los estudiantes de sexto de Primaria. Por su parte, la Consejería de Educación realizó una inversión superior a los 30.000 euros para renovar las instalaciones.

El acuerdo de cesión entre el Ayuntamiento y la Delegación de Educación vino motivado por la bajada de ratios en las aulas a consecuencia de la Covid-19, garantizando con ello la actividad docente en las condiciones establecidas.