El Cristo De la Vega, que inmortalizó Zorrilla en su leyenda ‘A buen juez, mejor testigo’, inauguró la madrugá toledana una vez que la lluvia obligó a suspender la procesión de la Virgen de la Amparo. Los tambores abriendo el paso a un Cristo, que este año sufrió un percance en el que perdió dos dedos de la mano que lleva clavada en la Cruz tras golpearse con el balcón de una de las angostas calles por las que pasa.
En su procesión, el Cristo De la Vega no estuvo solo. Los cientos de personas que siguieron la procesión se agolparon en la plaza del Carmen y en Santo Domingo el Real para no perderse el encuentro con la Virgen del Carmen y con el Redentor.