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El pasado agosto, con el inminente inicio del curso electoral y la esperanza de empezar a trabajar en septiembre con el nuevo equipo de Gobierno, las asociaciones de vecinos de la ciudad pidieron unas juntas de distrito «útiles» y con una participación real. Coincidían los portavoces vecinales en que tal y como estaba montado el sistema hasta el momento, lo que allí se decidía y trabajaba no tenía más recorrido si no lo ratificaba después el equipo de Gobierno, y pedían, por lo tanto, una verdadera participación real, en la que los vecinos pudieran participar en la toma de decisiones.
Tras aquella reivindicación, el nuevo equipo de Gobierno suspendió sine die las juntas de distrito, con el objetivo de preparar entre todos un nuevo reglamento que ampliara la participación. Sin embargo, lo que seis meses después se han encontrado los vecinos es una propuesta de reglamento que, al contrario de lo que esperaban, recoge que las decisiones que se tomen en el pleno de los nuevo consejos vecinales (sucesores de las juntas de distrito) «tienen carácter consultivo y no vinculante sobre la potestad de otros órganos municipales».
No es el único revés que el documento de trabajo presentado por el Ayuntamiento da a las peticiones vecinales. A principios de septiembre, las asociaciones se reunieron en la sede de la Federación para presentar lo antes posible sus propuestas de cara a las juntas de distrito a la concejal Helena Galán. Habían entendido que, con sus propuestas, las sesiones plenarias podrían iniciarse en breve, mientras se debatían el resto de cuestiones relacionadas con la participación ciudadana. Una de las claves del documento elaborado por los vecinos era una descentralización con presupuesto para los barrios. Hay que tener en cuenta que el equipo de Gobierno se ha comprometido a poner en marcha para 2017 los presupuestos participativos. En esa línea, los vecinos pidieron que la juntas de distrito pudieran decidir al menos el cincuenta por ciento de las inversiones en cada barrio. Sin embargo, el documento previo de trabajo que han elaborado PSOE y Ganemos no aborda esta cuestión.
En los doce puntos presentados al Ayuntamiento, los vecinos insistieron en que las juntas de distrito tengan capacidad de decisión, presupuestos y personal propio. Otras dos claves, largamente reivindicadas, son el voto vecinal y ampliación de las juntas de distrito. El documento municipal recoge al fin el esperado voto. Sin embargo, puede perder su sentido al quedar los consejos en carácter consultivo, y dado que se reduce el número de representantes de las asociaciones a dos. Cierto es que se incluye a otros dos vecinos independientes y que otras organizaciones podrán participar en las asambleas vecinales. Pero no se define cómo se elegirá a los primeros, ni cómo funcionarán exactamente las segundas.
Los vecinos quieren una mayor agilidad de los distritos, y para ello pidieron la división del Norte, y sacar a Azucaica del Casco. De momento el Ayuntamiento no hace cambio alguno en la configuración. También ha habido quejas por un orden del día en el que el presidente sólo informa de cuestiones ya aprobadas, sin preguntar a los vecinos previamente. Su petición era que el Ayuntamiento mandara antes la información para su estudio y que los vecinos pudieran opinar. Sin embargo, de momento, el orden del día es casi idéntico.
Iniciados ya los acercamientos entre Participación y vecinos, les resta a ambos mucho trabajo para acercar posturas hasta el consenso.