Pedro Carreño

La Ínsula

Pedro Carreño


El héroe de Pedralbes

08/06/2021

Ahora que se vuelve a hablar tanto de indultos, venganzas e independentistas, vuelve a mi cabeza el héroe de Pedralbes. La historia de la gesta, para quien no la recuerde o conozca, tiene mucha miga. A finales de diciembre de 2018, el actual presidente del Gobierno se reunió en el Castillo de Pedralbes con el, por entonces, presidente de la Generalidad. El honorable Quim Torra.
Las mentes independentistas, especialistas en propaganda, prepararon un recibimiento caliente a Pedro Sánchez y mimaron cada detalle, para destacar subliminalmente sus intereses. El equipo de Torra se adelantó y en la mesa que situó a las espaldas de ambos presidentes, colocó dos plantas amarillas, muy visibles y estratégicamente ubicadas para salir en el plano de todos los telediarios. «Le hemos colado el amarillo de los lazos al presidente de los españoles», debió pensar alguna cabeza febril indepe.
Pero allí estaba Andrés Costilludo, un toledano que por aquel entonces era jefe de protocolo de la Moncloa. Costilludo intuyó la treta y, con ardor guerrero y los conocimientos propios haber servido en la mejor infantería del mundo, supo deslizarse entre el presidente del Gobierno de España y el presidente de la Comunidad autónoma catalana, y distribuyó estéticamente entre las amarillas unas flores rojas de pascua (sólo Dios sabe de dónde las sacó en aquellos históricos momentos). Con ese gesto, heroico a todas luces, consiguió que el rojo y el amarillo -o gualda-, que son los colores de la enseña nacional y de la señera, salieran en los telediarios.
La hazaña de Costilludo, coronel del Ejército, no pasó desapercibida. Algunos medios se hicieron eco del relato. Incluso algunos catalanes. Y ya se sabe: el tratamiento informativo no fue todo lo homogéneo que debió ser, conforme a la latitud del medio de comunicación que recogía los hechos.
Pocos meses después de la escena de las flores en Pedralbes, Costilludo abandonó su cargo en La Moncloa. Y lo hizo, después de haber servido, con lealtad, rigor, eficacia, fidelidad  y profesionalidad durante muchos años.
Costilludo llegó a la Moncloa en el 92. Estudió en la Academia General Militar de Zaragoza y, años después, en la Academia de Infantería de Toledo. Fue destinado, en el ámbito militar, en Córdoba, Estella y Lleida en unidades de montaña, en la Guardia Real, en la División Acorazada y en Misiones de Paz en Centroamérica. El Gobierno socialista de aquel entonces vio algo, y echó mano de él para el departamento de protocolo monclovita. Y en ese cargo estuvo hasta hace casi tres años.
Costilludo cuenta con muchos premios y galardones. El mejor, y me consta, la amistad de muchos amigos y paisanos que siempre han visto en él, los valores descritos. Todo un privilegio y reconocimiento que honra a Costilludo y a su pueblo, que le tiene en gran estima.
Cuenta también con la Gran Cruz de Isabel la Católica. Un reconocimiento que está en el cajón de muy pocos ciudadanos y servidores. Hace pocos días, y según lo permitió la disciplina social impuesta por la pandemia, se reunió con algunos de sus vecinos en su pueblo para compartir con ellos, en su amada Consuegra, el insigne galardón. La humildad, otra de sus grandes virtudes, le impide hacer propaganda de sus galardones más allá de lo que él considera conveniente.
Contar en Castilla-La Mancha con un ciudadano que posee la Gran Cruz es un honor. Consuegra en particular, y esta tierra en general, debe sentirse orgullosa de su héroe con mayúsculas.
Andrés Costilludo, consaburense ilustre. Y amigo.