Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


Enmienda total

01/12/2019

Pocos días antes de la celebración en Madrid de la COP25, la cumbre del clima de Naciones Unidas, me da la sensación de que la Organización Meteorológica Mundial ha echado jarros de agua fría sobre esta cita incontestable. Ha presentado una enmienda a su totalidad, aunque sin pretenderlo. El titular ha recorrido el mundo de extremo a extremo, en teoría contribuyendo a hacer más contundente el axioma de que la acción del hombre está destruyendo la Tierra: “Los gases de efecto invernadero alcanzan niveles récord desde hace tres millones de años”. Según la información, la concentración en la atmósfera de metano, óxido nitroso y sobre todo dióxido de carbono es muy preocupante, y la de éste último sólo tiene precedentes en las décadas en que los Australopithecus iban evolucionando en el continente africano para convertirse en el origen de la humanidad. La proporción de CO2 alcanzó en 2018 las 407,8 partes por millón, algo realmente preocupante para quienes habitamos en este rincón del universo que es nuestro planeta, que solo nuestros antepasados conocieron.

Lo que ocurre es que, si nos paramos a pensar en tales datos científicos sobre los que no cabe cuestionamiento alguno, nos asaltan las dudas sobre la responsabilidad de la acción humana en el cambio climático. Seguro que esa acción no está contribuyendo a resolverlo, en eso estamos de acuerdo, pero si tres millones de años atrás el dióxido de carbono en el aire era similar al que padecemos ahora, ¿cómo explicamos su origen si no existían entonces las industrias ni los agentes contaminantes a los que hoy se culpa del mismo problema? ¿Podemos señalar igualmente al Australopithecus de ser el responsable de la contaminación y los gases de efecto invernadero? Un dudoso dogma que ha dejado al descubierto la OMM con su información de esta semana, que viene a defender que aquellos homínidos de un metro y treinta centímetros de altura, con un cerebro poco mayor que el de un chimpancé y que a duras penas sobrevivían con sus rudimentarias herramientas, fueron como nosotros culpables del calentamiento global del planeta.

Las verdades arriesgadas corren el peligro de que se le coloque a quien las argumenta cualquier etiqueta de las acostumbradas, y en concreto ésta lleva el claim de “negacionismo”. Si contradices el pensamiento único que da por hecha una catástrofe climática que nos va a hacer desaparecer en apenas unos días, y dudas de que el ser humano pueda revertir los grandes cambios que experimenta el planeta, entras en el saco de los negacionistas a los que hay que desterrar de la vida pública. Y eso en esta semana que entra, con visitantes de postín defendiendo el apocalipsis, va a ser todavía más definitivo.