Miguel Ángel Sánchez

Querencias

Miguel Ángel Sánchez


El Tajo y el trabajo pendiente

20/01/2023

Desconozco a estas alturas ya de la noche qué ha dicho el Consejo de Estado en su dictamen sobre el real decreto de los planes hidrológicos. Sí que se ha aprobado por unanimidad. El dictamen, no la versión de borrador del Plan del Tajo que el MITECO envió. Desconozco las observaciones y comentarios que se habrán elevado al Ministerio. Y, evidentemente, lo que al final aparecerá publicado el BOE, si habrá nuevas cesiones, porque presiones seguro hasta el próximo Consejo de Ministros que le dé el definitivo visto bueno.
Conociendo la realidad y complejidad de la planificación hidrológica española, y teniendo en cuenta que el real decreto en cuestión engloba los planes relativos nada menos que al Guadalquivir, Segura, Júcar, Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana, Ebro, Cantábrico Oriental y Occidental, Ceuta y Melilla; es significativo que el Tajo acapare en exclusividad el debate. Hace quince años el Tajo no existía. Una cuestión que hace diez, quince años sólo manejábamos unos cuantos, lo de los caudales ecológicos, el elemento clave. Las sentencias del Tribunal Supremo, que empezamos a montar hace una década para el plan de 2014, fundamentales. Quizá el esfuerzo haya merecido la pena, los pelos que se han quedado en la gatera. Pero el Tajo desde hace tiempo marca la política hidrológica de este país. Y lo va a seguir haciendo con fuerza los próximos años.
Porque se ha logrado muy poco como ya he dicho. De ésta hemos salido un poco menos descalabrados que de otros procesos de planificación. El trasvase Tajo-Segura sigue vivo, sus dotaciones se mantienen y el impacto de este plan de cuenca del Tajo sobre él es mínimo. Porque el Plan del Tajo se redacta jurídicamente acatando jerárquicamente lo dispuesto por el trasvase. Sí es una aberración, pero es así. Por tanto queda mucho por trabajar. Mucho por desmontar. Si de verdad se quiere conseguir, no el fin del trasvase Tajo-Segura, sino la recuperación del río Tajo para su territorio y sus ciudadanos que inevitablemente conlleva su cierre. O hay Tajo o hay trasvase. Hasta ahora, durante cuarenta años ha existido el trasvase y hemos visto cómo el Tajo ha desaparecido. No nos lo tienen que contar. A nosotros nos vale con acercarnos a sus orillas.
Salga lo que salga publicado en el BOE queda mucho trabajo. En los próximos años vamos a contemplar una cabecera con menos agua almacenada en Entrepeñas y Buendía, y un río en el mismo estado de coma hidrológico en Almoguera, Aranjuez, Toledo, La Puebla de Montalbán o Talavera de la Reina. Queda mucho trabajo por delante. Y espero que por aquí existan recursos, coordinación, visión y un objetivo claro. Se ha conseguido muy poco, pero al menos al MITECO no le ha quedado otra que cambiar el rumbo, aunque sólo hayan sido unos pocos grados.
Queda, repito, mucho trabajo por delante para llegar con los deberes hechos en condiciones a los primeros pasos del próximo plan de cuenca dentro de un par de años. Si se quiere cambiar la realidad de la gestión del Tajo es lo que hay que hacer. Y hay que empezar mañana. Hoy ya.