Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Ratónpolis, Sin POM

05/10/2019

La tan manida campaña sobre la población de roedores en las cloacas, parques y calles de la ciudad no voy a ser yo quien la vuelva a tratar. Total no sirve de mucho. 
Pero redundando en la movilidad de la ciudad han convertido una ciudad inconexa, desarticulada y desimbricada en una continua ratonera. Cada barrio tiene una entrada y una salida. Cada conexión tiene una única alternativa, por lo que el colapso vehicular es lo máximo a lo que aspiramos.
Ante nuevos desafíos la solución está en echar el muerto a otro. No tiene que ver con las urnas y Franco, que está de moda. El responsable del tráfico, la planificación del mismo y las previsiones corren a cargo de la competencia municipal. Si no sabe, quítese. Ya no es tan escandaloso como cuando tuvimos al inutilizado Perezagua. Él mismo se inutilizó para conducir al no tener carnet, pero el iluminado de Page le dio ni más ni menos que Tráfico. Pues eso, entre iluminaciones seguimos conduciendo.
El asunto del tráfico necesita de inversiones, pero no de esas de bachear e igualar los agujeros, no. Hacen falta puentes y pasos elevados tanto para coches como para peatones y carril-bici real, sin árboles de por medio, como en la avenida Adolfo Suárez. Hace falta cohesionar Azucaica y Benquerencia. Santa Bárbara y Covachuelas con Palomarejos y Santa Teresa. Buenavista y Valparaíso con más puntos de acceso y conexión. Todos nuestros barrios conectados, a través de transporte público competitivo, con el casco histórico. 
La inversión en infraestructuras, en nuevas campañas de movilidad necesita dinero. De ese que decía la Vicepresidenta que no es de nadie. Dinero público en obras de presente y futuro. 
Lo único que hicieron, incluso en plena crisis, fueron 2 pasarelas y modernizar un puente ya existente. Son 12 años de gobiernos socialistas y de infraestructuras seguimos igual, o sea mal. 
Tanto que saben de lo público, del dinero de todos. Sean cautos y dejen tantos altos cargos en sus casas e inviertan en lo necesario: infraestructuras y planificación.
Habitamos en Ratónpolis y nadie le ponía nombre. No son barrios, son ratoneras. No son calles, son circuitos cerrados y sin salida. Montemos como un hámster en la ruleta, sigamos dándole vueltas, sin fin y sin solución. ¡Sin POM!