Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


No es lo mismo, no

09/04/2021

El revulsivo que ha supuesto Isabel Díaz Ayuso en Madrid nos demuestra que las personas, con independencia de su ideología, saben distinguir. Diferencian un candidato de otro como un buen vino de un vino ‘peleón’. Después, obviamente, a unos les gusta más el vino y a otros la cerveza, pero la calidad del caldo de que se trate, influye en la bebida que se elige y la calidad del candidato también hace que los resultados electorales sean bien distintos cuando se acierta en la elección que cuando se trata de meter a alguien ‘con calzador’.
Por supuesto que no tengo ninguna bola de cristal para saber si la Comunidad de Madrid la va a gobernar la derecha o la izquierda después del 4 de mayo, pero es obvio que Ayuso ya ha conseguido lo que parecía imposible: aglutinar a la inmensa mayoría de las personas liberal-conservadoras a su alrededor, que es la condición indispensable si se quiere llegar al gobierno.
Durante los últimos años es un clamor la necesidad de unir a todos los se sitúan a la derecha del socialismo para llegar al gobierno. Porque a nivel nacional, bastante dividido está ya este electorado por los nacionalismos, como para trocear aún más la tarta. Si en Cataluña y el País Vasco la derecha tiene tan marcado el sello nacionalista que prefiere pactar  con socialistas, incluso con la izquierda radical, que con sus homónimos del resto de España y añadimos a esto que en el resto del territorio se hacen otros tres trozos, es de todo punto imposible que fragmentados consigan un resultado que les permita gobernar.
El caso más claro es el gallego. En Galicia, dónde hay un buen candidato en el PP, el voto se ha unido hasta ser este partido el único que ha obtenido escaños liberal-conservadores. El resultado ha sido que puede gobernar con absoluta tranquilidad. Resulta engañoso, sin embargo el caso andaluz, donde por primera vez se han dado unos resultados que han permitido que la derecha llegue al poder estando desunida. Pero a eso se llegó por unos resultados que difícilmente se volverán a producir, porque es casi imposible que al dividir los votos no se pierdan escaños y en Andalucía se dio esa circunstancia difícilmente repetible.
Pero la aglutinación que se está produciendo alrededor de Ayuso en Madrid, gane o no gane al final, no significa que se vaya a producir alrededor de cualquiera. Sería un error pensar que son las siglas PP por sí mismas las que han obrado el milagro, porque no es así. El electorado distingue ys, mucho y valora la conducta de cada candidato. Seguramente si Ayuso hubiera intentado pastelear a espaldas de la ciudadanía para evitar la moción de censura que la habían montado, ahora estaría censurada y devaluada políticamente hablando. Su ‘salida a los medios’ sin complejos, le va a reportar, cuando menos, un buen resultado y posiblemente mantener el gobierno de la Comunidad.
Lo anterior significa que hay que cuidar a los candidatos. La derecha tiene un paladar muy exquisito y no le sirve cualquiera y si se trata de dar gato por liebre, el resultado seguirá siendo el de ver como otros gobiernan, incluso siendo tan nefastos como los Sánchez y sus adláteres. Y esto sirve para Madrid y para toda España. Empiecen a buscar buenos candidatos…