Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


Franco

17/09/2020

El Gobierno socialista de Pedro Sánchez ha vuelto a sacar a Franco en procesión. En mitad de la pandemia, cuando los datos vuelven a ser preocupantes y el desasosiego cunde entre los padres que llevan a sus hijos al cole, el problema del Ejecutivo español vuelve a ser Franco. Cautivo y desarmado, el ejército de la izquierda más arcaica se agarra al general para tapar sus miserias y vergüenzas. No saben o no quieren contar los muertos de hace seis meses, pero se vuelven locos por buscar los de las cunetas hace ochenta años. Van a dictar una nueva ley que se llama de memoria democrática, cuando la democracia tiene frágil memoria y esta es además individual y no colectiva. En su afán por controlarlo todo, la nueva clase dirigente quiere meterse incluso en lo que cada uno de nosotros recuerda de lo que le han contado o ha leído. Hay que hacer una prescripción única de lo que fue la Historia y escribirla diferenciando buenos y malos, olvidando -primer fallo de la memoria- que hubo una Transición donde se abrazaron los hermanos que ayer hicieron la guerra. Debe ser que trae más cuenta el guerracivilismo que la pandemia.
La nueva ley pretende ilegalizar la Fundación Francisco Franco. La realidad, cuando es funesta, es mejor ilegalizarla. No sé qué coño han hecho que no han ilegalizado ya el Coronavirus. Esperamos noticias de ello. Desconozco si cuando hablan de Franco, se refieren al dictador, al general más joven de Europa, a quien salvó la República en el 34 del golpe de Estado que dio el PSOE en Asturias, al jefe de Estado de voz aflautada y atiplada, a quien infundía terror a sus ministros no dejándolos levantarse ni para ir al baño... Son muchas las caras de un personaje al que la Historia ya ha juzgado y se encargará de seguir haciéndolo. Revisar las penas del franquismo, habiendo existido una ley general de amnistía que incluía los actos terroristas de la izquierda extrema, es volver a remover los huesos de Abel entre las manos de Caín.
A Franco lo sacaron del Valle y mandó una pandemia. No está bien eso de jugar con los huesos del general, que se murió en la cama de viejo. Cierta izquierda no pudo con él en vida y ahora lo exhibe como trofeo, haciendo lo que ni las tribus más primitivas consienten, que es la profanación de los lugares reservados para los muertos. Puestos a ilegalizar, por qué no se contempla también la fundación de Largo Caballero, el Lenin español, que armó a los obreros como milicianos antes incluso de la guerra para perseguir a la derecha facciosa. Puestos a reescribir, que saquen los estatutos del Partido Comunista y se ilegalice la dictadura del proletariado, auténtica profanación de la libertad y coartada de las atrocidades y matanzas más execrables del siglo XX. No sé yo el legislador dónde quiere llegar.
Alcanzados este punto, me parece una broma de mal gusto lo que Carmen Calvo explicó el otro día. Tanto menear al general, conseguirán resucitarlo de veras, creando una legión de adeptos que lo exhiba como la pata del Cid. Ya sé que al PSOE le interesa Vox para seguir en el poder a costa de lo que sea, pues así la derecha continuará dividida. Pero cuando esta se dé cuenta de la trampa saducea, puede que se revuelva y empiecen los problemas. La guerra fue tan tremenda que provocó el mayor éxito postrero de nuestra Historia cuarenta años después, la Transición. Y lo triste es que ahora se la quieren cargar poniendo a Franco de nuevo en la cama de una ley muerta.