Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Quitamos gobiernos…

10/11/2019

Hace unos días leí ese lema en una pancarta de una manifestación de jubilados. Me pareció una mayúscula petulancia y automáticamente se me vino a la mente otro lema que, como contestación, podrían exhibir, por ejemplo, los autónomos: ‘Quitamos pensiones’.
Realmente me molestó esta pancarta, no porque tenga nada contra los pensionistas, lo que sería una estupidez dada mi edad, sino porque no me parece razonable que se exhiba la razón de la fuerza, aunque sea la del voto, en lugar de la fuerza de la razón, para exigir algo.
Está claro que los pensionistas, por número, son una potencia electoral, pero, ese mismo número es también su debilidad, porque, precisamente por el número que alcanza, que además va en aumento, se convierte en la carga más pesada para las arcas del Estado. Son una carga que tienen que soportar otros, por mucho que hayan pagado en su época de activos. Quienes tienen que soportarlo también tienen un límite. Si la carga es demasiado pesada es posible que la rehúyan y entonces no servirá a nadie ni poner ni quitar el gobierno.
Oí decir una vez a una persona sensata, que muchas veces el egoísmo nos impide razonar y quien pierde la razón casi siempre acaba por perder el combate. En este caso pretender mantener un gasto por encima de lo razonable se volverá, sin tardar mucho, incluso en contra de quienes provocan el dispendio. Las dichosas pensiones, precisamente por el número de pensionistas, es un peligroso condicionante para mantener las cuentas públicas con el orden que las hace sostenibles. Hemos visto que quienes más propugnan el aumento en el gasto son quienes después tienen que recortarlo de forma más traumática, y si no, no está tan lejos, acuérdense de lo que tuvo que hacer Zapatero.
Es verdad que en España hay un verdadero desorden en lo que a jubilación respecta. Hay jubilados con cincuenta años y otros  tienen que superar los sesenta y cinco para tener derecho a ella. Corregir esto es una cuestión de mera justicia, pero por mucho que lo corrijamos no vamos a evitar que los pensionistas sean más cada vez y con derecho a mejores pensiones en razón a sus cotizaciones de tiempos de bonanza.
El problema es que las pensiones actuales las tienen que sostener los activos de ahora, no son el producto de los réditos de lo pagado por quienes las cobran. Así es el sistema. Si se trata de echar sobre las espaldas de los activos más carga de la que pueden soportar, es posible que quiebre el sistema y entonces, quienes presumen de quitar gobiernos se vean en una situación apurada.
Sin duda, lo más inteligente en las actuales circunstancias, es buscar un gobierno que sea capaz de hacer que la economía crezca -si no se cultivan peras malamente las tendremos de postre- porque una economía saneada y productiva es la única vía para sostener el gasto público, incluidas las pensiones. Ponernos en manos de quién nos dice lo que queremos oír solo por el miedo a perder el voto, es el mejor camino para atentar contra las pensiones y todo el gasto social, porque en economía solo podemos engañar durante una temporada corta, después la realidad se impone y si un país se empobrece no valen votos, por muchos que sean, no sirve la magia…