Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


España en Iraq (31)

22/03/2021

La reciente visita del Papa Francisco a Iraq ha supuesto un aldabonazo en las conciencias de todo el mundo sobre la persecución que sufren los cristianos en pleno siglo XXI. Iraq no es el único país en que esta persecución se produce. Incluso nuestro país, España, no está exenta. La libertad religiosa y de culto constituye uno de los fundamentos del humanismo cristiano. Suele darse en los países occidentales, pero no así en los países islámicos. No hay reciprocidad, por ejemplo, Arabia Saudí o Irán.
Durante un año (mayo 2003 a mayo 2004) España participó en la reconstrucción de Iraq mediante ayuda humanitaria, otro de los pilares del humanismo cristiano. Es bueno y conveniente recordarlo ahora, cuando con motivo del viaje papal se ha hablado tanto de ese país.
A pesar de la manipulación informativa que sufrió la opinión pública, es lo cierto, que España no participó en la guerra. Así está reconocido, entre otras fuente, por el prestigios Informe RAMSES (‘Rapport annuel mondial sur le système économique et les stratégies’) de 2007, que elabora el no menos prestigioso IFRI (Instituto Francés de Relaciones Internacionales), en un artículo de Jolyon Howorth titulado ‘L´Europe et la securité mondial’, página 49, en el que dice textualmente: «solamente cinco países enviaron a Iraq fuerzas de combate: Estados Unidos, 150.000 hombres; Reino Unido, 45.000; Australia, 2.000; Rumania, 278; y Polonia, 200».
No es intención de esta colaboración insistir en la manipulación que se produjo en su momento, sino el de resaltar la participación de España en la transición de Iraq a la democracia. Hoy Iraq tiene una Constitución desde 2004. Han tenido lugar diversos procesos electorales. Los Presidentes del país se han ido sucediendo por votación popular. Tienen, sí, un problema de terrorismo, que se acentuó con el Daesh, y que tardará años en resolverse (España tardó más de 40 años en acabar con ETA). Y lo más importante, Iraq tiene unos recursos naturales (el petróleo) que le permite un desarrollo económico acelerado. Quienes sostenían que la guerra de Iraq era porque los americanos querían quedarse con el petróleo del país se equivocaron, pero nunca lo han reconocido. Nada de lo anterior habría sido posible si en el poder permaneciese Saddam Hussein, un dictador al que, sorprendentemente, apoyaba la progresía de izquierdas de nuestro país.
¿De qué manera ayudó España a la transición en Iraq? Había que partir del dato de que, a pesar de sus riquezas naturales, Iraq ocupaba el penúltimo lugar en el Índice de Desarrollo elaborado por la ONU.
España ayudó en la reconstrucción institucional, participando y apoyando el calendario consensuado y notificado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para la transición a la democracia. Ayudó también en la reconstrucción del aparato gubernamental, a través de expertos civiles y militares, en muy diversas áreas nacionales o locales, cuya labor discreta, cuando no silenciada, no resta méritos a su eficacia y heroísmo.
Ayudó también en la reconstrucción económica, organizando una Conferencia de Donantes que permitió la creación de un Fondo fiduciario administrado por Naciones Unidas y el Banco Mundial.
Pero sobre todo prestó ayuda humanitaria junto a otros 34 países, de los cuales Azerbaijan, Albania, Bulgaria, República Checa, Georgia, Estonia, Hungría, Kazakhstan, Letonia, Lituania, Macedonia, Mongolia, Moldavia, Polonia, Rumania, Eslovaquia, y Ucrania habían tenido también una transición política no exenta de dificultades. La ayuda humanitaria española se prestó, principalmente, por la Brigada Multinacional ‘Plus Ultra’, un contingente militar que integraba, además, a cuatro países Centroamericanos (Honduras, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana), único caso en la Historia en que Ejércitos de países hispanoamericanos se hayan integrado con el Ejército español para desarrollar misiones de paz y seguridad, además de la propia ayuda humanitaria
En los lugares y ciudades que ha recorrido el Papa Francisco, especialmente en Nayah, estuvieron nuestros soldados. El tiempo histórico reconocerá el esfuerzo,  sacrificio, y alto precio (incluidas vidas humanas) que se pagó. Pero hoy Iraq es una democracia con sus propias singularidades y no una dictadura. España aportó su grano de arena.