Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


Borracho y solo

12/03/2020

Han pasado ya unos días, pero a mí no se me olvida esto, pese al bloqueo informativo sobre cualquier cuestión que no tenga referencia directa con el Coronavirus, o tal vez precisamente por eso. Sobre todo, después de que me contaran el proceso mental que llevó a Irene Montero al eslogan reivindicativo de ‘sola y borracha, quiero volver a casa’. Me cuentan que estaba un día ‘la Irene’ en el gimnasio haciendo elíptica con los cascos puestos escuchando bachata, cuando de repente le saltó una ‘sugerencia para ti’ de Vinny Rivera con el tema ‘Borracho y solo’. Fue entonces cuando vio la luz y organizó el cotarro.
Lo desafortunado de la frase en el contexto de defender la igualdad entre hombres y mujeres tiene un par de incuestionables vertientes lamentables, por mucho que salgan los habituales palmeros de Irene y compañía a blanquear y lavar sus chiquilladas aludiendo a que «la frase no reivindica el consumo de alcohol, sino tener los mismos derechos que un hombre cuando sale a la calle». En cuyo caso, la frase completa y más acertada de Irene debió tener una referencia más explícita a la condición escatológica del macho en libertad, algo así como que ‘borracha, sola y rascándome los huevos, quiero volver a casa’. Eso sí que sería un evidente síntoma de plena igualdad.
Y ya, que la ministra adolescente meta en la frase del paradigma mítico del hombre libre volviendo a casa la referencia directa al estado etílico del momento, desborda cualquier consideración que podamos hacer sobre la capacidad de Irene para ocupar cualquier cargo de responsabilidad política, y no digamos la de un ministerio.
Estamos tontos con el Coronavirus y resulta que el consumo de   alcohol, según datos de la OMS, produce tres millones de muertes en el mundo y un ingente número de discapacidades a una edad relativamente temprana. Existe una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y una serie de trastornos mentales y del comportamiento, además de pérdidas sociales y económicas importantes, para las personas, las familias y la sociedad en su conjunto. Es por ello por lo que nuestras administraciones públicas destinan habitualmente grandes recursos económicos, que pagamos entre todos, para informar sobre las consecuencias y situaciones de riesgo que implica el consumo de alcohol y otras adicciones, para fomentar la adquisición de respuestas alternativas en relación con el consumo de alcohol, para disminuir la permisividad social y familiar en torno al consumo de alcohol y para facilitar herramientas que permitan la adecuada comunicación familiar en la detección de riesgos.
Siempre se podrá mantener cualquier reivindicación feminista sin vincularla al consumo de alcohol. El objetivo para hombres y mujeres es poder llegar a casa sobrios, libres, sin miedos, con la cabeza bien despejada y con la madurez suficiente que le falta a Irene Montero.