Katalino

Toledo desde el kiosko Katalino

Katalino


El Jardín de las Hespérides

25/05/2019

Tanto Estrabón en su ‘Geografía’ como otros tratadistas de la Antigu?edad sitúan el famoso Jardín en la Península Ibérica, así como la mítica ciudad de Tartesos y su no menos mítico rey Mariano- Argantonio. Las Hespérides remiten al ocaso, al crepúsculo, a esa frontera abierta entre el día y la noche. Son las ‘guardianas de la puerta’, disfrazadas de animales totémicos, sean leones aparentemente mansos o fieras corrupias a las que se les iluminan los ojos. Las Hespéridas están emparentadas en la mitología con las Furias y las Morias, que tejían los hilos invisibles de los mortales. Las Hespérides eran jóvenes vírgenes, a veces disfrazadas de leones, que custodiaban las manzanas de oro que robó el famoso Hércules en uno de sus trabajitos. No fue fácil porque tuvo que sortear muchos peligros, incluido el de la dragona Kalesi, que luego se haría muy famosa en una serie de HBO. Las manzanas robadas son en la tradición clásica motivo de disputas y desastres desde la Guerra de Troya a la guerra fría actual entre China y USA entre Google y Huawei. No es extraño que el Congreso de la Nación haya abierto su última legislatura con los Leones- Hespérides vigilantes a las novedades de neodiputados, de diputados presos, de pateos como en la clá del cine de mi infancia, de modos sicilianos riveriles, de falta de educación generalizada, de los acatamientos constitucionales de toda ley y laya y de su validez o ilegalidad. Nosotros proponemos una sola fórmula al estilo de Chiquito de la Calzada, ni por Dios ni por la Patria ni por la República futura, sino ‘por la Gloria de mi Madre’ continuada de los gritos ‘Jarrl’ y ‘si Puedor’ o ‘No Puedor’ que es bastante más fácil, llevadero y divertido. En la mitología griega Eris, la diosa de la discordia, despechada por no haber sido invitada a la boda o comunión típica del mes de mayo, arrojó sobre la mesa del banquete una de las manzanas de oro robada por Hércules con la inscripción ‘para la más hermosa’ que provocó la ira de las neodiosas recién llegadas al Congreso en nombre de sus partidos y de cuyo nombre no me quiero acordar. Como Zeus vio el lío que venía, encargó al bello Páris- Sánchez que decidiera a que diosa le entregaba la manzana, si a Hera, Atenea o Afrodita. Pero el escurridizo y hábil Ulises- Sánchez le acabó dando la manzana de oro a una catalana, de nombre Meritxell y tan bella como Helena y se armó la de Troya y ahí seguimos...Que ustedes voten bien….