Javier D. Bazaga

NOTAS AL PIE

Javier D. Bazaga


Desasosiego

29/01/2021

Les aseguro que lo he consultado. Y la palabra «desasosiego» viene a reflejar a la perfección lo que muchos de nosotros estamos experimentando en los últimos días. Es la «falta o privación de sosiego». Lo que viene siendo la carencia o escasez de ese momento, estado o periodo, en el que uno es capaz de tener cierta tranquilidad. Cuando el alma deja de sentir zozobra y es capaz de evadirse, de escapar de la realidad, de dejarse mecer por la paz que le rodea. Pero es que, y no pretendo ser cenizo, no existe tal paz. Ni tal dimensión en la que uno pueda sentir esa tranquilidad, porque también hay decepción. Y aquí entra la gestión de la expectativa. Lo que uno espera en función de determinados indicadores, o mensajes que recibe, y que se ven de golpe enterrados en la realidad.
El espectáculo que hemos visto con la administración de las vacunas a determinados cargos públicos, en una pésima y lastimosa versión del «sálvese quien pueda», por no decir lo que en mi época se decía aquello de «m....ón el último», no deja mucho lugar para ese sosiego que como sociedad necesitamos.
Luego nos hemos encontrado con la  –in–capacidad de determinadas farmacéuticas para distribuir las vacunas comprometidas. No digamos ya los intentos de sacar rédito –hasta miles de millones más–, del famoso «culillo» sobrante de las dosis inyectables que se están distribuyendo. Pero ni la campaña en redes sociales por hacer de este término una unidad de medida oficial ha conseguido apaciguar esa sensación de hartazgo, cansancio, o hastío, que se extiende como esa sombra de nube que, en plena montaña al atardecer, anticipa una noche de tormenta. Una más. Y ya van…
Eso es lo malo, la falta de expectativa. Agarrarse al verano para reflotar la economía y que llegue la segunda ola. Confiar en la Navidad para apoyar al pequeño comercio y favorecer los encuentros familiares y que llegue la tercera ola. Fiarlo todo a las vacunas y que te digan que no hay, porque tú, Europa, las pediste más tarde. Así le dan ganas a uno de nacionalizar hasta los plataneros del Parque del Retiro de Madrid, si con ello conseguimos la inmunización. Pero no, es el mercado el que se mete por medio de una pandemia que ha matado ya a… –aquí les dejo que pongan la cifra de su pueblo, ciudad, provincia o comunidad autónoma–.
Miren, he oído que en Sevilla un grupo de alumnos ha iniciado una campaña para que la asignatura de Griego vuelva a estar en el programa de Humanidades. Mi enhorabuena a esos profesores que han sido capaces de inculcar esa pasión por las letras en esos jóvenes, por el conocimiento. Sí, me descubro: estudié Humanidades, y del Griego y del Latín aprendí, entre otras muchas cosas, a disfrutar lo que hoy llamamos democracia. Pero, más que eso, la sensibilidad por algo que poco a poco veo que se va perdiendo, «humanidad». Algo que me genera, a mí y con quien hablo, un enorme desasosiego.