Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Lo mejor y lo peor

26/01/2021

Dicen los inteligentes con ciertas ínfulas poéticas y todo, que la espantosa pandemia que padecemos está sacando lo mejor de muchos de nosotros; puede ser, de lo que no tengo ninguna duda es que si saca lo mejor también está sacando lo peor de otros cuantos. Así de claro.
En primer lugar deseo expresar que la alcaldesa se encuentre mejor cada día y que el positivo que al parecer le han detectado en sus  pruebas, no signifique nada y que siga sin novedades, lo cortés no quita lo valiente lo que significa que deseo a Tita que sean cuales sean las opiniones y el trabajo de cada cual se encuentre estupendamente.
Dicho todo esto no tengo más remedio que escribir que algunas cosas de las me entero por la prensa me revuelven el estómago, eso por decirlo suave y educadamente,  y es que a nadie le puede parecer no digo bien o sin importancia, sino  superando cotas de gravedad, rostro de cemento e incivilidad alguna gente a la que no sé cómo calificar, que aprovechando sus posiciones en alcaldías, concejalías y demás lugares de  mayor o menor importancia para, riéndose de todo el mundo y tomando el pelo  a todos los ciudadanos de la manera más villana e impresentable, aprovechen para vacunarse ellos, sus familias y hasta su vecinos o vaya usted a saber quién; No sólo han sido los alcaldes ya lo sé, pero es que ellos son quienes han supuesto la sorpresa más grande, qué cara dura, qué jeta, qué desahogo qué sinvergonzonería, vacunándose los primeros haciendo valer que son alcaldes. Si esto no pasara en España, en la España de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y el llamado Ábalos juraría que no ha ocurrido, que es mentira, que no se puede llegar a semejantes límites de desfachatez; es más que posible que un asunto como este de las vacunas me exaspere demasiado o descomponga mi limitada capacidad de paciencia pero es justo el tipo de cuestiones que me llegan al alma y como escribí antes me revuelven el estómago y aclaro que más que el hecho en sí con ser gravísimo, lo que demuestra es que nos engañan, nos timan, sobre todo que nos toman por enanos mentales con los que pueden jugar y llamarnos idiotas a la cara. Y sin rechistar.
No, no es esto lo que esperábamos cuando la democracia sustituyó a muchos años de dictadura, cuando los partidos políticos salieron a la palestra para convertir a España en un país políticamente moderno y digno de formar parte del mundo occidental, no era esto obviamente, lo que esperaban aquellos que pagaron con infelicidad, años de cárcel y otras cosas igual de terribles su fe en España y un futuro en democracia. Es por eso por lo que actitudes semejantes me hacen dudar de todo y sobre todo de esta España en la que un determinado político, ministro por más señas, no dimite aunque decenas de maletas de ignorado contenido pasen delante de sus infamantes narices; natural, con lo que le habrá costado llegar a ministro no va a dimitir porque pasen unas maletas más o unas maletas menor por el aeropuerto de Barajas.
Eso sólo puede pasar en el país en que se vacunan los alcaldes antes que nadie, antes que cualquiera de sus paisanos y eso no es precisamente dar lo mejor de uno mismo.