Y  nos depara, de nuevo, un brillo vital en la mirada y un latido constante y acelerado de emociones por el ritmo, el frenesí, el bullicio, los encuentros, el ruido, la gente. Pero en el fondo, en el fondo tenemos un vacío. Ese vacío existencial de la incertidumbre y el desasosiego de saber que no nos sirvió, otra vez, para nada.
Tras muchos titulares, los planes de sostenibilidad turística no se presentaron, se anunció su adjudicación. Los planes estratégicos no evaluaron, sólo mostraron objetivos, en muchos casos, inalcanzables. Los planes de inversión no ejecutaron, salvo para cuestiones de atrezzo y comunicación.
Es cierto que el turismo viene, pero también se va. Y cuando marcha de nuestra región, ¿qué piensan? ¿Qué opinan de nosotros? Opinan qué lo tenemos todo y, no hacemos nada. Disponemos de rincones inigualables y nos están ganando destinos con menos cultura turística que la de nuestro país.
Por más que se empeñen, sin datos e información las decisiones que se toman tienen un gran parecido con intuiciones, corazonadas y percepciones subjetivas y son ningún rigor. El error podría ser leve, si sólo nos fijaremos en él como una errata tipográfica, pero estos fallos suponen pérdidas tangibles e intangibles.
Tangibles son aquellas que podríamos tocar como el número de visitantes y turistas que pasan por nuestra región. También tangibles son los empleados en el sector turístico que se ve afectado por ese número de clientes que nos visitan. Intangibles se referiría a la pérdida de competitividad, a la pérdida de calidad en nuestra oferta, a la imprecisión de nuestra cadena de valor, ¿por un error tipográfico? No, por un error de definición.
Tenemos parques naturales, ciudades y pueblos monumentales, arqueología clásica e industrial, disponemos de gastronomía de cercanía y vanguardia en nuestras cocinas. Contamos con personas involucradas que, ya no piden que les ayuden, porque les resulta clamar en el desierto, una y otra vez, ahora ya sólo reclaman que no les obstaculice o perjudique la administración.
Pasó FITUR, sí, y hemos vuelto a poner un escaparate para los que trabajamos dentro, de cara al exterior hemos captado poco y gestionamos, para ellos, mal, porque seguimos sin aprovechar todo lo que nos hace ser como somos. Pero, en quince semanas esto cambiará con una profunda transformación regional.