Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Cejas ‘bold’

02/09/2020

En el ‘Almanaque del Buen Tono’, curiosa revista que relata los pormenores del trato social, la moda y el saber vivir, editada en Madrid en los primeros años del siglo XX y dirigida por el periodista y escritor humorístico Juan Pérez Zúñiga, se da cuenta de que son las damas inglesas las que ponen de moda por aquellos años las cejas y pestañas muy pobladas, usanza que vuelve a estar en boga en la actualidad; cejas ‘bold’, así las llaman los estilistas: cejas sin depilar, anchas, enmarañadas, naturales, a lo Frida Kahlo.
En un festivo artículo que el autor firma en el Almanaque de 1903 como MAR (posiblemente Agustín Rodríguez Bonnat), señala cómo aquellas señoras peor dotadas y que querían dar más expresión y encanto a su mirada se ponen en manos de peluqueros que se han especializado en Londres en retocar pestañas y cejas.  
Escribe que, en el caso de las cejas, el ‘especialista’ con una aguja finísima enhebra un largo cabello del mismo color que aquellas y va dando un tupido pespunte desde el extremo del párpado y dejando en cada puntada «un bucle o arco de pelo como de dos centímetros de diámetro». Terminada la costura, que queda en «forma de onda», se corta el extremo con una tijera; la pestaña, por el peso del cabello, tiende a caerse por lo que el peluquero debe rizarla con unas tenacillas de plata, hacia arriba la superior y hacia abajo la inferior. Terminado este proceso simplemente se le aplica a la paciente una venda con vaselina por espacio de doce horas en los ojos y listo. El arreglo tenía, eso sí, una duración limitada: seis meses.
En el caso de las cejas, con la misma metodología, la intervención era más compleja ya que había que preparar con antelación la piel para que adquiriera mayor flexibilidad y el postoperatorio exigía que a la parte operada no podía darle la luz en diez días. La caducidad del injerto se ampliaba a un año.
Lo que no describe el ocurrente y exagerado cronista es si las intervenciones se hacían bajo anestesia local o a pelo, nunca mejor dicho. Sea como fuere, lo que sí sacamos en conclusión es que los cánones estéticos son cíclicos. Por reacción, en muy poco tiempo, el dernier cri en cejas será, de nuevo, una línea delgada, bien delimitada y ligera.