Ayer se celebraron elecciones municipales, europeas y también en casi todas las autonomías. Por querencias personales, siempre me tiran más las elecciones municipales, es la administración más próxima al ciudadano y ponemos cara a todo lo que nos pasa con un Ayuntamiento, pero las importantes, sin hacer de menos a las demás, son las europeas. El futuro depende de lo que pase en Europa. En un momento en que el Brexit produce tormentas dentro y fuera de Gran Bretaña, cuando Trump sigue haciendo de las suyas en esta nueva guerra fría en la que no importan tanto las bombas atómicas, sino quién controla las materias primas, las nuevas tecnologías y las redes sociales, pensar que podemos hacer las cosas por libre, son ganas de perder el tiempo. Nuestra solución, si es que llegamos a tiempo, está en una Europa fuerte que pueda dar la replica a los EE.UU., a China y a Rusia. Lo que está pasando con el veto de Trump a Huawei y la respuesta de China con el control de las “tierras raras” demuestra que el poder real está en un mundo en el que Europa tiene poco que decir. Quién controle el 5G, controlará el mundo, quién controle los materiales y la tecnología para fabricar los elementos necesarios para implantar las nuevas autopistas de la información, tendrá las llaves para los cambios que se avecinan. Y Europa tendrá que elegir si quiere tomar parte en el juego, aunque sea como actor secundario, ya que el papel de protagonista está decidido desde hace tiempo. Y España, por si sola, poco o nada tiene que rascar en esta batalla. Tenemos muchas cosas buenas, pero ya que perdimos la oportunidad de estar entre los que van en cabeza de esta competición, no nos podemos quedar en los últimos de la fila. Hay que apostar por el mundo de la ciencia y la investigación, hay que mejorar la educación en todos sus ámbitos. La CULTURA y la CIENCIA, son parte de la solución, sino la solución en si misma. Puede que no contemos en el mundo 5G (por no tener, no tenemos ni fibra ni 4G) pero hay otros ámbitos en los que podemos dar batalla. No lo desaprovechemos.