Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Vamos a contar mentiras

17/01/2022

El mentir no cuesta nada. Se miente en todo el mundo sin que ello le suponga coste alguno. La globalización ha supuesto que la mentira se extienda por todas partes. Aquí mienten cargos públicos de uno y otro partido y no serian mayoría los que podrían pasar el filtro sin que quedara constancia de alguna de las mentiras que ha soltado por acción u omisión. Y no es un asunto novedoso. La escuela de mentirosos se inició hace tiempo. Ya fue el propio Enrique Tierno Galván, tan alabado por su imagen de hombre respetable, el que puso claro lo que implica mentir en el ámbito de la política cuando dijo que «las promesas electorales se hacen para no cumplirlas». Y así nos va.
Ya en el año 2008, la Audiencia Provincial de Madrid, emitió un auto estableciendo que no se puede demandar a los partidos políticos por el incumplimiento de su programa electoral, «ya que las promesas que se hacen en campaña no constituyen un contrato que obligue a las partes». Este auto se dictó al desestimar una demanda planteada contra el PSOE por tres particulares y la plataforma 'Leyes animales ya' por incumplimiento del programa electoral del 2008, en el que se planteaba el endurecimiento de las penas cuando exista maltrato a los animales.
Así que lo tenemos claro los ciudadanos y ejemplos de incumplimiento y mentiras, los encontramos en unos y otros. Se nos puede mentir una y mil veces que nuestra única capacidad de respuesta estaría en votar o no, o cambiar de papeleta de voto. Y como la mayoría del electorado es ¿fiel? a un partido, aunque exista constancia plena de que le ha engañado una y mil veces, así seguiremos. Y hasta cuando se dice alguna verdad, sea por la forma en que se hace, resulta que la manipulación implícita del mensaje implica que se dice una verdad a medias.
¿Se imaginan ustedes que existiera un Tribunal Ético que analizara las mentiras de nuestra clase política y pudiera establecer como sanción la incompatibilidad para ejercer de cargo público?
¡Vaya limpia! Y lo peor es el ejemplo que dan.

ARCHIVADO EN: Política