Jorge Jaramillo

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Jorge Jaramillo


Política y PAC

27/06/2022

Termina junio, y con él, la presidencia rotatoria de Francia al frente del Consejo de la Unión Europea. Un sistema de participación y de ejercicio activo de poderes que pone a prueba el papel de coordinación y el peso político de cada país, máxime cuando hay que cerrar acuerdos relevantes como ocurrió el año pasado, bajo mandato de Portugal, con la reforma de la PAC en plena pandemia que hizo tambalear todos los presupuestos posibles.
En este primer y convulso semestre de 2022, el país vecino -de gran vocación agraria- ha tenido que lidiar con el inicio de una guerra en Europa e improvisar con la urgencia para lanzar medidas paliativas que pudieran taponar las heridas del desorden económico que provocó la invasión militar de Rusia en Ucrania con imprevisibles daños colaterales, todavía, en un comercio globalizado.
Seguramente por eso, Francia termine con sabor agridulce ante una gestión -pensarán- inacabada pese a que la mayor parte de los países reconozcan la capacidad de respuesta al promover una suspensión temporal de las normas de rotación para el aprovechamiento de las tierras en barbecho con los cultivos de primavera, y aumentar así la superficie de girasol o maíz.
Pero más valor tiene seguramente haber logrado convencer (con el apoyo de varios Estados) al comisario de Agricultura de que asuma ya como imposible mantener ciertas ambiciones verdes de la nueva PAC para este otoño sin que le rechiste el ideólogo del 'Pacto Verde', Frans Timmermans.
De esta forma, y a falta de ratificación, quedan aparcadas las temidas nuevas reglas de condicionalidad para propiciar el aumento de la superficie de cereales en la próxima sementera, visto que resulta imposible contar con el que ha cultivado Ucrania entre bombas, y ni siquiera, liberar de sus depósitos de Odessa y Mariúpou los 22,6 millones de toneladas que todavía albergan de la cosecha anterior.
Con un inesperado cambio de ministro de Agricultura en Francia como interlocutor de los países y de las instituciones comunitarias, Enmanuel Macron, en horas bajas tras perder las últimas legislativas, cierra así mandato pero con otra decisión de alivio para aquellos países que aún tengan fondos de desarrollo rural sin gastar.
Según lo aprobado estos días en el Parlamento, podrían aprovechar hasta un 5% las partidas vivas del FEADER para distribuir ayudas directas de hasta 15.000 euros por productor y de hasta 100.000 si el solicitante es una cooperativa. La relevancia del anuncio -en todo caso- está por ver según quién tenga sobrantes en este último año de transición a la nueva Política Agraria Común (PAC).
Porque la duración de la Guerra es todavía una incógnita, y los efectos del tsunami en el circuito de los suministros, la logística y la energía, imparables. Por eso, también cobrará relevancia el perfil de los países que alcancen las próximas presidencias rotatorias del Consejo, según su sensibilidad hacia un sector agroalimentario que será protagonista en la travesía de esta grave crisis.
De momento, este viernes 1 de julio, se estrena la República Checa tras el mandato de Francia. Y en enero de 2023, con el inicio de la nueva PAC, Suecia. Después, (en justo un año), será España quien asuma el volante y ojo porque eso ocurrirá pocas semanas después de haber celebrado las elecciones autonómicas y municipales que, además, serán la antesala de unas generales previstas para finales, en la recta final de la Presidencia rotatoria española. Quizás sea pronto, pero ¿imaginan hacia dónde mirarán los partidos?