Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Lo de la OMS

03/12/2021

Cuando la OMS alerta de algo está haciendo su trabajo. Piensen en la carne roja. ¿Habría suscitado algún tipo de debate diciendo que algunos estudios apuntan a que su consumo en grandes cantidades podría elevar de manera estadísticamente marginal el riesgo a padecer un cáncer? Coincidirán conmigo en que sin expresiones como «la carne roja es probablemente cancerígena», el tema, que tiene su importancia, nunca habría pasado del resumen ejecutivo de un informe presentado sin pena ni gloria en cualquier tarde gris de Ginebra.
Si le echan un vistazo a la hemeroteca verán que la OMS lleva toda la vida declarando cosas que suenan realmente alarmantes fuera de su contexto. Recuerdo la impresión que me causó entrevistar hace muchos años a uno de sus expertos sobre las hipótesis de contagio abiertas con la gripe aviar. Me fui a casa convencido de que se cernía sobre nosotros una amenaza gravísima. Y probablemente era así. Pero luego el azar -junto a las medidas tomadas gracias a la propia alerta de la OMS- lo dejaron en un susto.
Esta manía que tiene la organización con sede en Ginebra de hacer su trabajo pasó factura durante el estallido del covid. Como en 'Pedro y el Lobo', anunciaron tantas veces un «probable colapso sanitario» que se tendió a pensar que esta vez tampoco sería para tanto. Pero no sé si podrían haberlo hecho mejor. Entre otras cosas porque, por definición, trabajan con hipótesis. Son científicos, no adivinos, y no pueden saber cómo van a evolucionar las emergencias que son capaces de detectar.
Me da la sensación de que ahora está ocurriendo exactamente al revés que en el invierno del año pasado. Hemos pasado de ignorar a la OMS a escarbar las frases más alarmantes de sus literales. Es pronto para saber si tenemos que preocuparnos por las mutaciones de ómicron. Pero creo que es lógico que caigan las bolsas por la incertidumbre y que los gobiernos se pongan en guardia porque la organización ha vuelto a hacer su trabajo. Lo fácil es quejarse cuando se pasan y cuando no llegan. Lo difícil es acertar. Menos mal que existe la Organización Mundial de la Salud para asumir esta responsabilidad.

ARCHIVADO EN: OMS, Ómicron, COVID-19