José María San Román Cutanda

A Vuelapluma

José María San Román Cutanda


Veinticinco años al servicio de la noticia

31/10/2022

La libertad de prensa no es sino una muestra preclara de democracia. Todas las civilizaciones contemporáneas avanzadas, y todos los pensamientos políticos en que han vertebrado, tienen como una de sus miras más patentes la de lograr hacer pública la voz de los particulares, ya sea mediante prensa escrita, radio o televisión. Lo contrario, la ausencia de prensa –o el constreñimiento de los medios-, es el diagnóstico de una grave enfermedad social. ¿Caben los enfermos periodísticos en un sistema democrático? Se supone que no, a pesar de que se pegan a empujones por conseguir hacerse un hueco y fagocitar al resto de las voces.
Alguien me habló una vez de la diferencia entre 'medios de comunicación' y 'tercios de comunicación'. Qué razón tenía. Mientras que los medios de comunicación están al servicio de la verdad, de la opinión y del hecho, los tercios de comunicación se ocupan de que sean la verdad, la opinión y el hecho quienes estén a su servicio. Por eso, y porque todavía existen personajillos (y personajillas) que pretenden hacer de la prensa una palestra para sus no siempre lícitos fines. O también ese grupúsculo de miserables que, cuando no les gusta lo que opinas, te llaman para amenazarte si no lo retiras o utilizan las redes sociales como se utilizaban en los ochenta los urinarios públicos. Esto último, por desgracia ocurre con excesiva frecuencia. ¡Y no hay quien logre condenarlos! Triste, pero cierto.
Afortunadamente, los medios de comunicación de verdad, los de vanguardia, los de papel y lápiz, siguen saliendo cada día para informar a sus lectores. La Tribuna de Toledo este año comienza a cumplir veinticinco años en ese compromiso con la noticia veraz y con una oferta periodística de calidad. Cinco lustros, más de nueve mil días, páginas enteras llenas de la esencia de Toledo, de sus festividades, de su cultura, de sus noticias más tristes, de sus momentos de mayor provecho. Un compromiso que no cesa, y que, renovándose a cada entrega, se ve compensado con la satisfacción y la información de sus lectores. Veinticinco años son veinticinco enhorabuenas. Bueno, no, son veintiséis, porque revivir a cada página la libertad de prensa es, sin duda, la celebración fundamental.