Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Corrida de expectación… ¡Feliz Año!

29/12/2019

Como tenemos que ser positivos y empezar las cosas con el mejor ánimo, sobre todo cuando lo que se comienza dura un año entero, no tengo más remedio que coger el dicho taurino, ahora que no está de moda la fiesta nacional, y aplicarlo en sentido contrario al que se usa en el argot. Para los que sean ajenos al arte de Cúchares, el dicho es ‘corrida de expectación, corrida de decepción’. Suele darse, así que, apliquémoslo en sentido contrario.
El pobre dos mil veinte no puede tener peor aspecto. Los augures que lo divisaran con la proximidad que nos permite el calendario no darían un duro por él. Sin embargo la gracia está en dar la vuelta a los pronósticos, o al menos intentarlo, como hizo aquél general romano, Publio Claudio Pulcro, que viendo que no comían los pollos que tenían que aconsejarle entrar en batalla mediante este signo, los lanzó al mar diciendo aquello de: ‘!pues si no quieren comer, que beban!’ El problema es que los cartagineses le dieron una buena y en Roma lo juzgaron por temerario.
Pero no siempre sucede así. Hay veces que el resultado Barcelona-Balompédica Linense es un dos. Es verdad que son tan pocas las ocasiones que casi sería para encerrar a quién hiciera semejante apuesta si pone en ella más de diez céntimos. Pero algunas veces sale. Es cuestión de fe. Miren ese tarraconense que echó más de siete mil euros en un solo número de lotería y ahora es rico…
Por otra parte, parece que las gentes más profundas (no voy a decir la raza para que no me tilden de racista, porque hoy día dices eso de “aquel señor amarillo” y te detienen) no quieren buenos principios para sus hijos. Por tanto, si esto es así tendremos una segunda parte del año magnífica, de esas que hacen época: Pedro Sánchez se retirará, renunciando a cualquier prebenda que pudiera corresponderle por el récord de tenencia de un cargo en funciones. Se conformará con un Falcon pequeñito y un colchón para recordar sus años en la Moncloa; Pablo se cortará la coleta y se retirará a Galapagar a meditar en su humilde morada; Santiago, Tizona en mano, se irá a conquistar los confines; Carles pedirá audiencia al Rey para jurarle fidelidad en nombre de los Països Catalans; y, para guinda de este pastel, el Atlético de Madrid ganará la Champions.
Obviamente, todo lo anterior vendrá acompañado del pleno empleo; de una subida del PIB que permitirá casi ponerse cada uno el sueldo que crea merecer (no el que merece, que es muy distinto); de una subida de las pensiones que permita a los jubilados no tener que pasar por su domicilio durante todo el año, abandonando este abominable sistema que les exige permanecer en casa casi tanto tiempo como viajando; por supuesto, de programa educativo basado en la libertad del móvil, que hará, mediante el sistema de ciencia infusa, que mientras se está conectado al grupo y participando activamente en él, se adquieran unos conocimientos que te puedas reír de San Isidoro de Sevilla, que dicen que compendió todo el saber de su tiempo.
Así será 2020, y, cuando vaya llegando su final, nos reiremos de sus malos augurios. Al menos eso es lo que les deseo a ustedes de corazón ¡FELIZ AÑO!