Al final, que el tema que triunfó en la boda de mi sobrina Cristina fuera ‘Tiroteo’, de Pol Granch y Marc Seguí, y que los que ya estamos vacunados con la primera dosis de AstraZeneca y estamos esperando la segunda (con esto marco la horquilla de mi edad), lo diéramos todo al son del ritmo bailón y la letra del tema, solo puede pasar si tienes al lado a otra sobrina, como Sofía (a quien le falta mucho para que le pongan cualquiera de las vacunas), contagiándonos a todos de su alegría efusiva y su alborozo rítmico desenfrenado propio de la reina del indie-pop: ‘Me he cortado el pelo, me he comprado otro tinte (pa-ra-ra-ra, ra-ra-ra)’.
Luego, con la tranquilidad imprescindible en el reposo íntimo y reparador después de la batalla, uno constata la calidad y el encanto del videoclip de ‘Tiroteo’, dirigido por Phoski films y producido por Andrés Goiburu y Bae Kofi, con la actuación estelar de la ‘influencer’ Katia Gutiérrez-Colomer, descubriendo el motivo del espectacular éxito fulminante y el potencial de las cosas sencillas y bien hechas, y me quedo con la conciencia tranquila por no haber traspasado una línea roja sobre la personal percepción que cada uno tiene sobre lo que es bueno y lo que es malo en el mercado musical. ‘Discutir contigo es como un tiroteo y pienso en morirme el primero, ah, ah-ah-ah-ah; woh, oh-oh, oh-oh-oh-oh’.
Dicen que el gusto musical alcanza la madurez a los 35 años, que comenzamos nuestra experiencia como aficionados a la música siguiendo las últimas modas o tendencias, que nos centramos en escuchar solo la música que está en las listas de éxitos del momento y que a medida que envejecemos empezamos a escuchar solo la que consideramos nuestra música, que viene condicionada por la música que escuchábamos en nuestra juventud. Lo cual me lleva a la reflexión sobre la importancia de la necesaria capacidad para adaptarse a los cambios en un mundo tan dinámico como el nuestro; la vida sigue y debemos seguir viviendo y cambiando. El hecho de que me haya gustado ‘Tiroteo’ y Marc Seguí, me conforta en la idea de que la juventud radica en eso, en adaptarse al entorno cambiante, en reconocer la creatividad artística donde se encuentre, conscientes de que el arte y la música nos ayudan a explorar y abrir caminos hacia lo insólito y original.
Todo esto, vaya por delante, no me impide intentar ‘corromper a la juventud’, cargo por el que fue condenado a muerte el mismísimo Sócrates, y recomendar aquí, después de visionar el videoclip ‘Tiroteo’, dar también una vuelta auditiva por ‘I Can’t Get No Satisfaction’, de The Rolling Stones, escuchar dos veces seguidas ‘Stairway to Heaven’, de Led Zeppelin, despertarse todas las mañanas con ‘Like a Rolling Stone’, de Bob Dylan, o cantar con tu padre ‘Father and Son’, de Cat Stevens.