José Luis Arroyo

Rayadas Millennials

José Luis Arroyo


El verano de vacaciones

05/07/2022

En una semana de julio tan calurosa como esta hay temas muy polémicos e incendiarios para abordar, desde esta columna; como los relacionados con el éxito internacional de Pedro Sánchez, gracias a la histórica cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, las olvidadas –porque ya parecen lejanas– muertes de los inmigrantes en Nador o los efectos de la galopante inflación que asedian la cesta de la compra de las familias del mundo privilegiado, mientras que se obvia que lo que en nuestras sociedades para algunos es carestía, para otros significa incrementar aún más su pobreza invisible y,  en la cara mala del mundo, esto mismo se convierte en causa de guerras y hambrunas.
No obstante, he decido fijarme en la mejor pose de nuestras sociedades, esa en que, tras dos años de una vida para muchas cuestiones en suspenso, ahora, no va a ver precio de los carburantes que la disuada, ni desastre que no pueda atribuir a algún gobierno y que le impida ejercer su derecho al disfrute y a la frivolidad, bien embarcada como estamos en nuestras merecidas vacaciones o, quizás, en sus preparativos.  ¡Bienvenidos sea cambiar las colas de los test de Covid y los asaltos a las estanterías del aceite de girasol, por las largas filas para conseguir una hamaca o un mojito en el chiringuito!
Lo único que, todavía, puede limitarnos la felicidad es que, para algunas cuestiones, el estío ha llegado antes de lo previsto para hacernos apreciar los efectos de la dura dieta a la que nos hemos sometido para rebajar eso que tendremos que llamar ahora, para disimular; retención de líquidos, ya que nuestra ajetreada agenda, que nos hacía reposar en el sofá, nos ha impedido cumplir con la mayoría de los objetivos del gym. Todo, menos admitir que jamás volveremos a tener los cuerpos adolescentes, que vemos en los medios, y por los que nos debatimos entre el temor al bisturí y la incapacidad económica para arriesgarnos a realizar algunos arreglillos, que no descartamos para el futuro.
  Pero… fuera lamentaciones, ahora es tiempo de actuar, es el momento de mostrar nuestra eterna sonrisa y nuestra veraniega felicidad en las redes sociales, lanzándonos a las búsquedas de esos likes, que nos llevaron a dejar de rivalizar en Facebook para hacerlo, ahora, en el competitivo mundo de Instagram y ¿quién sabe si en un futuro inmediato llegaremos a hacerlo en Tik Tok? Pues las jóvenes generaciones vienen pegando fuerte y corremos el riesgo de que nos desplacen del mundo virtual que nos hemos construido. Por tanto, tendremos que armarnos de paciencia para repetirnos las fotos una y otra vez, someterlas a los filtros necesarios para que nos permitan mostrar al mundo la mejor versión de nosotros mismos, en estos días de descanso. Tendremos que sustituir las fotos invernales de nuestras mascotas por riquísimos helados y batidos calóricos que evidencien que nos los podemos permitir, tras meter barriga en nuestros posados y alejar convenientemente el objetivo.
Pese a todo… he decidido homenajear, por adelantado, al verano más deseado de nuestra vida, en el que no habrá espacio para una mala digestión con la que no pueda un Almax, ni resaca que no podamos combatir con una bebida cargadita de cafeína y un Ibuprofeno, porque todos tenemos derecho a dejarnos llevar por nuestras fantasías que, tarde o temprano, acabarán dándose de bruces con la caída de las hojas.