Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


Aislamiento

17/02/2020

Según las últimas circunstancias sociopolíticas, y estructurales de la evolución de los países del entorno desarrollado, resulta que como casi todo el mundo sabe, ha llegado a estos entornos una nueva enfermedad, que en verdad pocos, muy pocos saben cómo está la situación, o ciertamente como atacarla. Lo más pronto que se les ocurre, es como ya se hiciere en siglos pretéritos, tratando la situación con el aislamiento, pero esto no solo se hace con este nuevo mal llamado coronavirus, sino con todo lo desconocido. A lo desconocido se aísla, sea esto bueno o malo, - no vaya a ser que se pegue algo-. Si es bueno y puede interesar solo a unos pocos, los que se autodefinen gracias a los demás como los mejores, es cuando se quita eso del aislamiento. Pero si solo tiene un buen interés, y cómo este interés siempre es el económico, siempre será para una pequeña parte malo, pero cómo ya se sabe, la ‘soldadesca’ es la que cae en la batalla, y este es un número de pérdidas que no importan que caigan o mueran, porque cierto es que para todo el mundo estas pérdidas ya van en el gasto social. Pero en verdad el aislamiento, es la acción de aislar y su significado es: separar o dejar sólo a alguien, es como dejarlo metafóricamente en una isla. Su origen proviene del latín ínsula, que ya don Miguel de Cervantes, usara en el libro del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. No solo se debe y se tiene que aislar, a los enfermos de cualquier enfermedad contaminante y nefasta, si no, que en verdad tiene que actuar así, pero eso sí, con conocimiento y experiencia de lo que se hace. De una manera semejante y a sabiendas, se aísla a espacios sociales, donde viven personas con intereses económicos, que, por bien de unos pocos, se les aísla como siempre se hizo (no es nuevo) y así, al no ser visto, nadie se contagia de lo bueno o malo que les pueda ofrecer ese lugar. Así de esta manera se va olvidando y despreciando lo que no vale, y así, áreas muy importantes quedan afuera, ‘en áreas de aislamiento’ (de alejamiento), hasta llegar incluso a no nombrarse, así sin nombre, sin vista de ello, se erradica el problema y la enfermedad, solo se erradica por la muerte, siendo como si nunca hubiera existido.