La iluminación navideña ya está puesta, o casi, en las desiertas calles de la Imperial Ciudad de Toledo. Nuestro panorama, con horizontes bastante oscuros, necesita de la iluminación divina del Nacimiento del Niño Jesús.
Sus intenciones, tácitas, pasan directamente por destruir nuestro modo de vida. Hacer olvidar a golpe de hoz y martillo nuestras tradiciones, nuestra cultura e incluso nuestra historia.
Se avergüenzan de nuestro glorioso pasado, se avergüenzan de la riqueza, variedad y profundidad de contenido, sentimiento y significado de nuestras tradiciones. No se identifican con la cultura que nos ha hecho diferentes, nos ha permitido afrontar grandes desafíos y nos ha conducido a ser reconocidos y reconocibles en el mundo entero. Y lo que no comparten lo borran del mapa, lo tachan, lo cortan, lo prohíben.
Entiendo que sentirán un deseo irrefrenable, una vez en el poder, de borrar toda huella de lo que no comparten. Lo hacen con brocha gorda, sin tiento ni cuidado y, en esos gruesos trazos, se van dejando múltiples episodios y huellas de un pasado del que hoy deberíamos sentir respeto y orgullo de pertenencia.
Quieren borrarnos la memoria, la intención de guardar como oro en paño lo que nos ha hecho como somos, ¿o es que el humanismo cristiano soflama la desigualdad, o la indiferencia ante nuestro prójimo?
El que continuamente repitan que la Navidad se debería cancelar, que no nos podamos juntar en la Nochebuena, es solo una más. Eliminarán la estrella que ilumina nuestro camino en busca del humilde portal de Belén, reducirán la importancia de aquel pequeño que vino al mundo para salvarnos, ¿nos querrán redimir?
Y, aquí, al alcalde de Vigo le ha salido competencia derrochona y cutre. Alguien prefiere un gasto superfluo y desorbitado en lugar de ayudas directas a los empresarios. Han plantado un pino, eléctrico, que tapa el Alcázar e impide las concentraciones frente a la Delegación del Gobierno, ¿esperan un final de año calentito?
Ellos pueden ir de farra, laica, ir de comilonas o encender su hoguerita, lo más anglosajona que puedan, para mostrar que su elección hipster debería ser obligatoria, ¿brindando puño en alto? Pensarán que el arbolito es réplica, a escala, de la Perla de Oriente de Shanghai, yo veo una catetada como la copa de un pino.