La pasada semana ‘interfiestas’ trajo cosas dignas de cuidado y recuerdo junto a acontecimientos de nivel nacional que creo muy inquietantes; de cualquier manera sobre el asunto de la investidura tienen en la prensa nacional una montaña de opiniones y pareceres de todos los gustos, yo sigo en mis trece de comentar las cosas de casa  y es a la alcaldesa a quien debo preguntar y pregunto: ¿Será verdad  Tita que Adif, la compañía responsable del tren en España, había previsto que se dejaran de vender billetes en la estación de Talavera? Lo pregunto porque primero apareció la noticia de la supresión de la venta y al poco tiempo, un par de días, dijeron que no había nada de nada. Y aquí estamos con la duda,  puede que fuera uno de esos globos sonda que a veces dejan escapar empresas y políticos para comprobar si se acepta o se rechaza determinada, opinión, idea, acto, lo que sea, por la gente; en cualquier caso es una historia que me ha llenado de zozobra e inquietud,  calibro que algo como esto sería el tiro de gracia que necesita Talavera para entrar en una crisis tan profunda que sería imposible levantarse, sería un tiempo tan negro como el que vivió la ciudad cuando la Guerra de la Independencia  tras las tropelías de las tropas de Napoleón que arrasaron con la mayoría de las posibilidades de subsistencia de la población. Como soy de carácter desconfiado no me huele bien que haya aparecido una noticia hablando de la desaparición de la estación del tren; Cualquiera con dos dedos de frente sabe que despedir el tren es quedarse sin futuro. ¿Alcaldesa qué hay de  verdad? No estaría de más que Tita aclare este embrollo aunque sea sólo para que gente temerosa del futuro de Talavera como yo se tranquilice. Tengo otra pregunta que espero que alguien responsable del Ayuntamiento talaverano se digne aclarar y es que se dice que el hospital del Sescam en Talavera está sufriendo una diáspora de especialistas médicos a Toledo con el objetivo de que en poco tiempo los enfermos de la ciudad y de todos los lugares que vienen para ser atendidos  a Talavera, sean derivados al hospital toledano. Lo veremos en los próximos meses pero algo así, de ser cierto, contradice el espíritu con el que se crearon las autonomías.
Me gustó mucho un artículo publicado en La Tribuna que recomiendo leer. La columna de Antonio Herráiz se titula ‘Silencio cómplice’. Expone Herráiz muchos puntos de vista con los que estoy muy de acuerdo sobre Castilla la Nueva, el mancheguismo irredento del aparato autonómico actual, etc. A esto añado la tropelía que hicieron los creadores de las autonomías con Castilla partida en varias partes, dos para empezar: Castilla y León y Castilla-La Mancha, pero es que la hicieron añicos, la trocearon con el propósito de contentar a ciertos nacionalistas periféricos, vascos, catalanes, etc. que temían que Castilla apareciera otra vez con sus dimensiones territoriales e históricas intactas. No hubo manera, a Castilla, el viejo y verdadero reino que tuvo tanto poder como para que los chisgarabises  actuales vuelvan a temblar, la trocearon en errores del tipo Castilla-La Mancha, Rioja, Madrid, Cantabria y demás caterva.