Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


De carteles VUT en los patios toledanos a la desobediencia civil

09/07/2020

Hablamos de un antiguo palacio renacentista que a todo el que llega le maravilla por su belleza y conservación. Un inmueble catalogado P con grado de protección integral, según las Ordenanzas del Plan Especial del Casco Histórico de Toledo conformes con las leyes de patrimonio histórico español y de Castilla-La Mancha, y donde tienen su residencia habitual algunos vecinos de la ciudad de Toledo.
Un nuevo propietario, imagino que en su derecho, decide dedicar su vivienda al turismo, contando, supongo que no me equivoco, con el reclamo de la hermosura de la casa. Mortifica a los vecinos durante unos días con los inevitables ruidos y los lleva al borde de la apoplejía cuando estos, al asomarse por sus ventanas al patio, se dan cuentan de que ha colocado un cartel en la galería. Extemporáneo anuncio rojo deslumbrante con tres enormes letras blancas, VUT, que ocupa la mitad de la pared. Los afligidos, también furibundos, vecinos le piden que lo retire y les contesta que la administración que ha registrado su vivienda como de uso turístico le ha ordenado ponerlo.
Sin género de duda, en ese mismo instante, el patio toledano protegido ha perdido su encanto y singularidad, a pesar de los años que los vecinos han estado esmeradamente cuidándolo con el asesoramiento técnico y el apoyo financiero del Consorcio de Toledo.
Las decisiones que no tienen lógica son muy difíciles de explicar a alguien y aún es más complicado conseguir que entienda que debe calmar su enojo y su disgusto cuando no hay justificación por peregrina que sea que pueda avalar tamaño disparate. Si por alguna razón que se me escapa es necesario identificar una vivienda de uso turístico dentro de un patio toledano, tal vez habría que diseñar algo sin excesos acorde con el entorno, colocado discretamente y que nos prive del embeleso del desatino en rojo y blanco. Si las nueve viviendas del palacio deciden poner un cartel similar, el patio florecerá en rojo brillante y se eclipsarán las bellas yeserías, los artesonados, el delicado zócalo de mazarrón y hasta las vivas macetas. Aunque, quizás, en el Certamen de patios del próximo Corpus pueda ganar un premio en la categoría de inaudito.
Que la norma sobre viviendas de uso turístico no contemple excepciones para las zonas históricas protegidas, no puede ser la razón de los disparates estéticos que animan a la desobediencia civil.  David Thoreau, creador del concepto en el siglo XIX, abogaba por el incumplimiento de la ley para que el gobierno no tuviera más poder del que los ciudadanos estuvieran dispuestos a concederle.
La gente reconocemos que la ley es vinculante y aceptamos la obligación de obedecerla porque la creemos justa. Con un acto público de desobediencia civil se va más allá del mero beneficio que puede reportar el incumplimiento de la ley. Se trata de demostrar que es necesario un cambio jurídico para que esa norma sea justa y adecuada. ¡No queremos esos carteles en los patios toledanos!