Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


Ángeles

31/07/2019

Ya saben ustedes lo que ocurre cuando se coge la linde. Pues bien, parece que yo la cogí hace dos semanas, con las alas de uno, y ahora la retomo, de la mano de todo el colectivo angelical. No se asusten, no voy a escribir sobre angelología, ni discernir qué sexo tienen, cuestión en la que, según una de tantas leyendas urbanas históricas imposibles de comprobar, estaban enfrascados los sabios y teólogos bizantinos cuando los turcos asaltaron Constantinopla.
Hoy quiero hablarles de la exposición que sobre los mismos, con el título latino de Angeli, ha organizado, en la villa de Lerma, la Fundación Las Edades del Hombre. Año tras año, dicha Fundación viene dando a conocer, bajo un tema monográfico, el riquísimo patrimonio religioso de Castilla y León, de manera itinerante, escogiendo como
sedes lugares diferentes de la geografía regional.
Veintitrés ediciones, con más de 11 millones de visitantes, atestiguan el éxito de un formato expositivo que es un referente nacional e internacional, un clásico ya de la programación cultural española. Puede resultar sorprendente la elección del tema, pero, más allá de que tanto en la tradición cristiana como en la judía y musulmana la presencia de los ángeles forma parte de la vivencia religiosa de los creyentes, siendo definidos como seres espirituales intermediarios entre Dios y el mundo, organizados en una jerarquía precisa que culmina en los arcángeles, el arte ha hecho de su representación uno de sus objetos privilegiados, tanto en pintura, escultura, mosaico u orfebrería. La muestra nos permite recorrer algunas de estas imágenes, agrupadas en cinco capítulos, distribuidos en tres sedes, la ermita de la Piedad, la colegiata de San Pedro y la iglesia del monasterio de la Ascensión del Señor. Encontramos piezas de muy diversa tipología, que abarcan desde sencillas obras procedentes de humildes iglesias rurales a tablas de Juan de Flandes, esculturas de Diego de Siloé y Gregorio Fernández o las suntuosas “capas de Basilea” de la catedral de Burgos. Entre las pinturas expuestas encontramos la maravillosa “Coronación de la Virgen” de El Greco, que habitualmente se encuentra en Illescas, en el santuario de la Virgen
de la Caridad.
Pero no sólo es la exposición en sí. La villa ducal de Lerma es una población que merece la pena visitar. Reflejo del poder y la riqueza del valido de Felipe III, el duque de Lerma, conserva, junto al rico patrimonio arquitectónico religioso, en el que destaca la colegial de San Pedro, un conjunto de edificaciones civiles, que configuran un hermoso entramado urbano, presidido por el antiguo palacio ducal, transformado hoy en Parador de Turismo.
Junto a ello, una rica gastronomía, y unos alrededores en los que podemos encontrar lugares tan extraordinarios como Covarrubias o Silos.
En medio de los calores veraniegos, una visita a esta bonita villa y a la exposición Angeli es todo un refrigerio para el espíritu y una oportunidad única para dejarnos traspasar por la Belleza.