Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


‘Arremangaítos’

23/11/2019

Ni burdo ni vulgar, pero todo el mundo entiende que al remangarse la camisa, las cosas se ponen serias y cambiamos la actitud. A los que descienden de las barbas del Cid, que les hablen así, les hiere el intelecto. La verdad es que, pieles tan sensibles no son dignas de confianza.
Ya no vale con vociferar la petición de calma. El tiempo es corto y no estamos para desperdiciarlo.
Podríamos estar hasta una eternidad venidera, pero ya no da para más. El inmovilismo ni merece la pena, ni soluciona problemas. Se nos puso a disposición, y obtuso el bulo que manifestara que la gente iba a vivir tan pocos cambios en un período tan largo de tiempo. Así nos vemos.
El orgullo de pertenencia no es un concepto inocuo y sin valor, se tiene que cuidar, conservar y mantener. Si no, se marchita, pudre y se va a otros partidos de luces y campanillas. Modas con poco o nada de fondo y mucho de fuegos de artificio.
El tiempo y la gente pasan, y se van, no vale con cerrar los ojos y no admitir el buen trabajo realizado. Fue con sacrificio y lágrimas de funcionarios y personas de a pie. Permitir que mancillen aquel esfuerzo los pagistas y tolones, los bellidos y aurelias, todos aquellos incumplidores con pagos y facturas clientelares, daña el orgullo, duele y necesitamos que se reivindique lo bien hecho.
Remito me a ejemplos: Qué vergüenza de oposiciones, todos los resultados después de las elecciones ¿dudaban de la reacción? Paniaguados vivirán por el servicio realizado. Las de trabajo social son un escándalo de niveles estelares, sobran la mitad de plazas. Hasta el colegio regional profesional se ha quejado de un examen eliminatorio centrado en lo superficial, sin examinar lo mollar.
Los trasvases a la orden del día, sin mácula ni protesta de los antitrasvasistas. La gestión sanitaria va de foto en foto y tiro porque me toca.
Es una pena ver que se ganaron dos veces las elecciones, y se ha regalado la calle, las ideas y todo por herencias nivel campeón.
Regalías no hacen falta si se tiene la mente limpia y el corazón sano. Desde Castilla a la Alcarria, de manchegos a levantinos, como no se cambie el paso, ‘arremangaítos’ vamos al río.