Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Cambio climático

14/10/2019

Se reconoce que la temperatura del Mar Mediterráneo ha subido un grado de media en el último lustro y que para el año 2050 su nivel subirá un metro inundando parte del litoral. El deshielo es una realidad contrastada y parece que la climatología registrará grandes cambios, vaticinándose escenarios a cada cual más tenebroso. A lo largo de la Historia se han registrado situaciones similares, glaciaciones, periodos de sequia, pero los cambios se registraban de forma mas gradual. Ahora todo parece que se va a producir en décadas cuando no en lustros. La cuestión es si las posiciones más alarmistas permiten despertar las conciencias de quienes deben liderar los cambios que permitan que estas situaciones no vayan a producir daños irreversibles al Planeta y, por tanto, a la humanidad. A mi generación puede que esta situación no le afecte de manera irremediable. La esperanza de vida media de los españoles está en los 83 años, aumentando un mes al año según los últimos datos. Así que puedo esperar a ver lo que suceda dentro de unos quince años, como máximo, salvo que mi genética y la ciencia me permita superar la media del resto de la población. Pero me preocupa lo que pueda pasar en vida de mis hijas y de mis nietos. Así que procuro informarme de cómo puedo colaborar en reducir lo que yo pueda incidir en las causas del cambio climático. Reduciendo el uso de todo lo que necesite combustibles fósiles en su producción, eliminando utensilios de un solo uso que no sean totalmente reciclables, llevando mis propias bolsas o envases cuando voy a la compra, no aceptando envases de plástico, etc. etc. Se que no será mucho lo que esto pueda significar, pero la suma de iniciativas personales puede aportar una mayor concienciación que se extienda a otras medidas de mayor alcance. Es curioso que con iniciativas de este tipo veo como también se reduce el volumen de residuos que generamos en casa y sobre todo, siento que estoy haciendo algo positivo en lugar de solo estar quejándome de la indolencia de los poderes públicos.