Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


Invent Mundi

11/10/2021

Cuando se tiene vida, se tiene eso, vida y cuando no se tiene vida, solamente se está muerto, o se está en la muerte. Ya hace décadas, digamos desde los años sesenta de la anterior centuria, lo que es mejor, es ser vital y tener vida y, eso es ser (siempre) joven. Es decir, los que inventan el mundo son solo los jóvenes. Pero ¿Qué y quienes son los jóvenes? O mejor dicho ¿Desde qué edad y hasta que edad se es joven? Según la publicidad, mecanismo algo peligroso y en verdad nada bueno, porque siempre arrastra algo de perversidad y exclusión, en tiempos de tanta inclusión e igualdad, se propugna que lo mejor es ser iguales, que todos seamos como piezas salidas de una fábrica, exactas, iguales sin aristas, salidas como digo las mismas piezas, de la misma fábrica y, así en el mundo ‘planeta Tierra’ no habría guerras, penas, tristezas, enfermedades, ni otros males, siendo piezas iguales y simétricas unas a otras, diseñadas por una elite, que así nos iría pautando todos nuestros actos y movimientos para que nadie sea más que nadie, todos iguales.
Esos inventores del mundo, que bien se podrían llamar ‘inventoribus mundi’, son los únicos que podrán ser algo diferentes y así poder tener y poseer más que los iguales salidos de las mismas e iguales fábricas, es decir, esa elegida élite por los iguales, de una manera transparente y libre, según a ideado esa misma élite, para que los iguales salidos de las fábricas, sigan siendo eso iguales, y digo los iguales, porque ya no habrá ni los ni las, todo será igual, porque los ‘inventoribus mundi’ elegidos y no designados, son los que tienen la función única ‘leges invent’, esto es, la función de inventar las leyes, y que sean estas nuevas y sean las únicas, dejando atrás lo que se ha ido creando antes. Curiosamente, según lo que se ve en lo que la publicidad, propaganda o medios nos quieren mostrar, cada vez, solo quien está al mando de los asuntos de todos son cada vez mas jóvenes, con inventos de leyes, que ciertamente de ras para todo el mundo, son un poco o nada ras, tan solo son ras con los iguales de sus generaciones, que por lo visto es la vida, porque el resto ya para casi todo solo somos no vida y la no vida es la muerte… Creo que debo dejar de leer los escritos del ensayista, novelista y también por carambola, periodista Eric Arthur Blair, que parece que me han esclarecido mucho las cosas.