En ocasiones, los grupos parlamentarios, socios o de la oposición, por asestar un varapalo al Gobierno no hacen sino beneficiarle. Es lo que ha ocurrido con la ponencia sobre la reforma de la "ley mordaza", votada en la Comisión de Interior, que fue uno de los acuerdos destacados del pacto de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, que ya no será cambiada en esta legislatura. Una vez más, lo mejor que pretendían ERC y EH Bildu al negarse a aprobar una reforma "light" es enemigo de lo bueno, y la ley seguirá en vigor tal cual para alivio del PSOE, que en esta materia ha sido remiso y ha ido a remolque para su modificación, pendiente con un ojo de sus socios parlamentarios, y con el otro de los sindicatos policiales. La falta de voluntad política de los socialistas para reformar la ley aprobada en la etapa de mayoría absoluta de Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo ha sido manifiesta, ha dejado pasar el tiempo para su tramitación y la consecuencia es que la Ley de Seguridad Ciudadana seguirá vigente en su formulación actual.
Las discrepancias fundamentales, el uso de las pelotas de goma para reprimir protestas, las devoluciones en caliente y las sanciones por las faltas de respeto y desobediencia a la autoridad, han sido los puntos fundamentales que han motivado que los independentistas votaran en contra de la ponencia sumando sus votos a los partidos de la derecha, aunque por motivos bien distintos, sin aceptar que esos asuntos siguieran siendo objeto de estudio o de una reforma de la ley de Extranjería.
Atento a las posiciones de estos dos grupos, el PSOE ha forzado una votación que sabía que iba a perder. y a pesar del ruido que pueda originarse en los próximos días por su decisión. está convencido de que se trata de una polémica que se agotará en poco tiempo, que evita nuevas manifestaciones policiales y un nuevo choque político que vendría a sumarse a los ya existentes. Los socialista han actuado mirando a su propio interés electoral, aunque obviando asuntos que afectan al respeto de los derechos humanos, y han demostrado como el conocimiento de los procedimientos hacen que una derrota parlamentaria sea un éxito político. La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, ha criticado la actitud de los socialistas, pero se ha dado cuenta demasiado tarde de su estratagema.
Salvado el escollo de la "ley mordaza", es la Ley de Vivienda el siguiente capítulo a resolver, y si se cumplen las previsiones de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, el acuerdo puede ser cosa de días. Si a eso se suma que el "caso Tito Berni" se desinfla por momentos y los aliados parlamentarios han denegado la comisión de investigación que solicitaba el PP y pasa a ser el "caso cuarteles" de la Guardia Civil; si cada vez que habla el candidato de Vox en la moción de censura, Ramón Tamames, se produce el desconcierto entre quienes le propusieron y si el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo tiene una intervención sosa en su última comparecencia pública junto al presidente de Murcia, Fernando López Miras, puede decirse que la semana no empieza mal para los intereses de Pedro Sánchez. Sin embargo, se ciernen las nubes sobre el proyecto de Yolanda Díaz por las presiones de Podemos y su decisión de ser la parte más relevante de "la coalición" Sumar.