Javier D. Bazaga

NOTAS AL PIE

Javier D. Bazaga


(Los) paréntesis

15/05/2020

Hace ya dos meses que se declaró el estado de alarma. Dos meses en los que medio mundo está viviendo una especie de (mal) sueño provocado por ese ser microscópico que se ha bautizado como el coronavirus o la covid-19 (SARS CoV-2), y que ha dejado ya en nuestro país más de 27.300 muertos. Dos meses desde que se abrió aquel paréntesis en nuestras vidas. Un paréntesis que (aún) no se ha cerrado.
Dos meses (que parecen dos años) en los que un nuevo virus ha puesto a prueba las capacidades de nuestro país. Ha puesto a prueba a nuestras instituciones (y lo sigue haciendo), con un estado de alarma (prorrogado) que pretende poner a salvo a la ciudadanía y conceder poderes para unificar criterios a la hora de luchar contra la pandemia. Ha puesto a prueba a nuestros gobernantes, invidentes ante un hecho insólito, nuevo, para el que no existía manual de instrucciones (¿se acuerdan de aquel lejano ya artículo 155 de la Constitución para Cataluña?). Está poniendo a prueba a la oposición, igualmente ciega ante esta situación, palpando las paredes con las manos buscando la salida en una habitación a oscuras. Ha puesto a prueba a la ciudadanía, a su sentido de comunidad y a su responsabilidad cívica, confiando en que el método del ensayo y error de los anteriores nos otorgue más aciertos que equivocaciones. El tiempo nos lo dirá. Pero sobre todo ha puesto a prueba (y lo sigue haciendo) a nuestro sistema sanitario, que ha vuelto a demostrar que lo mejor que tiene es su capital humano, que se ha enfrentado (con coraje) a lo desconocido, por encima (y a pesar) del ruido político, y que hoy aparece replicado en (algunas) calles al son de cacerolas.
Seguimos en ese paréntesis que se abrió hace dos meses. El paréntesis es ese signo (ortográfico) que añade una explicación o comentario adicional a un texto o discurso. En la tercera acepción (del diccionario), el paréntesis es sinónimo de suspensión o interrupción. Y es lo que ha supuesto en esta crisis, una suspensión de las vidas. En otros muchos casos una interrupción completa y abrupta (más de 27.300 muertos). El paréntesis interrumpe una secuencia más o menos continua, hasta que se cierra para poder poner en marcha de nuevo esa secuencia en el texto o en el discurso. En el caso de nuestras vidas, la secuencia no volverá a ser la misma cuando se cierre el paréntesis. No sé si será una vieja novedad o una nueva normalidad. Pero no será igual. El caso es que cuando se reinicia el texto (después de un paréntesis) ya nada es igual. Tienes esa aclaración o información adicional que incorpora otro sentido al discurso, (lo modifica). Como nos pasará a nosotros. Ya nada será igual por mucho que nos esforcemos. Nos gustarán más o menos, pero existen (los) paréntesis.