Ya disponemos de datos sobre 2020. A principios de año, había 1.190.870 empresas con trabajadores, a finales de septiembre, habían cerrado 204.830, un 17,2%. Y la marcha sigue. Por otro lado, la Agencia Tributaria estima que la recaudación por tributos de 2020 ascenderá a 164.630 millones de euros, 48.000 menos que en 2019. Con estos datos, que supongo preveía el Gobierno, los Presupuestos Generales del Estado (PGE)estiman, para 2021, unos ingresos tributarios de 222.107 millones, es decir, un incremento del 34,9% sobre lo recaudado en 2020.
Quisiera creer que se han basado en que la pandemia será controlada mañana mismo y que recuperaremos la actividad económica a pleno rendimiento en pocos días. ¿Ustedes se lo creen? Para poner más elementos de debate encima de la mesa, vayamos aportando más datos. El Gobierno estima (y el Parlamento aprobó los PGE para 2021 con estas premisas) que la recaudación por IRPF aumentará un 7,8%, la de Sociedades un 20,7%, por IVA se ingresará un 13,9% más y por Impuestos especiales se recaudará un 12,4% más. Aquí caben dos escenarios. Que esto sea posible debido a que el Gobierno dispone de una información que no conoce nadie, basada en que se va a producir un milagro en el que creen (acto de fe) todos lo miembros del Consejo de Ministros, o que la realidad, por desgracia, se imponga, y del incremento de recaudación prevista no se alcance ni la cuarta parte de la mitad esperada.
Esto implicaría más déficit aún de las cuentas públicas y mayor endeudamiento, lo que hipoteca más aún el futuro de las siguientes generaciones. Podría darse el caso de una solución intermedia, compaginar la lucha contra la pandemia, a la que hay que dedicar todos los esfuerzos que se puedan, e incluso más, con un plan de mantenimiento del tejido productivo español que pare la mortalidad de las empresas, mantenga puestos de trabajo y permita limitar la caída de la actividad económica para que haya ingresos tributarios. No de la magnitud prevista por el Gobierno, no creo que ni ellos se lo crean, pero al menos si con el volumen suficiente para que el batacazo no sea como el que nos podemos dar.