Dicen que construir un Centro Hípico como el que tienen Los Bono en Toledo cuesta unos pocos millones de euros. Aunque si te hace las obras alguna constructora amiga, a la que estás tramitando la mayor promoción urbanística de toda la región, quizá te haga mejor precio. No sé, yo nunca he estado en un centro hípico pero viendo las facturas que el propio Paco, el Pocero, enseñó de las obras que su empresa le hizo, se ve que el que fuera presidente de Castilla – La Mancha, preparaba un buen negocio para su cachorro. A día de hoy es un lugar de referencia en el mundo ecuestre de la Very Important People. Es lo que tiene pasar de las portadas de los diarios regionales a los nacionales para acumular noticias en la Vanity Fair. Un negocio de los que no se detienen en pandemia. Ni en septiembre de 2020, con permiso especial de la Consejería de Sanidad, ni este fin de semana, se han suspendidos sus concursos de saltos anuales. Y eso que el propio José Bono Jr. dice que organiza este tipo de competiciones por el mero romanticismo hípico ya que no se gana dinero en ello. Vamos que si tienes un negocio para comer y vivir pero es incompatible con las restricciones por la pandemia, te jodes y te aguantas. Pero si tienes un centro hípico y quieres pasar el finde montando a caballo con tus amigos sí puedes. No va a parar una pandemia los caprichos románticos de estos jóvenes que viajan por el mundo, estudian en los internados más elitistas, dirigen los negocios que les preparan sus papás, viven en Madrid o en Londres; pero vienen a Toledo a que les cuiden sus caballos y a montarse la fiesta.

Sabíamos que el expresidente José Bono, Campechano II de España, puede disponer de una secretaría con dos personas, chofer, local de oficina y coche oficial en Castilla – La Mancha que pagamos todos. Que es el único expresidente que ha hecho uso de estos recursos, y que el PSOE votó en contra de eliminar estas prerrogativas. Lo que no podíamos imaginar es que entre sus privilegios también estaría organizar una competición hípica, aún en el pico más alto de la tercera ola y en el fin de semana en el que se prorrogan las medidas más restrictivas para el común de los mortales. El mismo día que el Consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha comparece para informar de que seguimos confinados con cierre perimetral, bares y otros comercios cerrados, se limitan las actividades a no más de seis personas y toque de queda; cuando se nos pide esfuerzo y responsabilidad ciudadana para doblegar la curva de contagios, nos enteramos de esta fiesta ecuestre en Toledo. Y no pasa nada, se darán cita 62 jinetes y amazonas, con sus apellidos compuestos, sus acompañantes, profesores y mozos de cuadras. Y no pasa nada. Ya sabemos, ni la pandemia, ni la vacuna, ni las restricciones y el confinamiento son igual para todos. Bono estará fuera de la política de Castilla-La Mancha pero sus privilegios de nuevo rico continúan.