Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


La pancarta del 8-M

03/02/2023

Los responsables de que, en el momento que escribo, cuando lo lean habrá aumentado, esto 361 violadores y criminales sexuales de toda traza y jaez hayan visto reducidas substancialmente sus penas y 32 de ellos hayan sido ya excarcelados es del presidente Sánchez, del gobierno que el lidera, de todos los ministros, diputados y senadores socialistas, de todas las comunidades y provincias que con alarde votaron una ley producto del fanatismo ideológico más extremo y la incapacidad e ignorancia jurídica más perversa de un ministerio podemita, que encabeza, es un decir, Irene Montero.
De la parva de niñatas y niñatos, sin oficio, pero sí con mucho beneficio, aupados a los más altos cometidos por ese partido de extrema izquierda no puede esperarse ninguna otra cosa pero son Sánchez y el PS quien los, utilizo su propia jerga, ha empoderado, campan a sus anchas y nos amargan la vida a los demás. Y en este caso se la endulzan a violadores, pederastas y abusadores sexuales de todo pelaje. Fueron ellos quienes dieron voto y luz verde a esa ley y son ellos quienes, sabiendo, porque ahora se descubre lo obvio, que lo sabían, han hecho tan obsceno y degradante regalo a quienes decían combatir. Sin atender a los avisos y con el agravante de ser además cuatro de ellos jueces. Alguno hoy en el Constitucional.
Porque esos son los hechos, las consecuencias, y los terribles efectos del desatino del Sí es Sí, que es un regalo inaudito ofrecido en bandeja por quienes se autoproclaman redentoras primeras, únicas y arcangélicas de la mujer a quienes las agreden, abusan y violan. Una rebaja de penas y hasta la puesta en libertad para centenares de delincuentes que siguen en progresión y de la que, para mayor escarnio, no se quiere corregir y detener al menos la hemorragia.
Porque para quienes han alcanzado esos beneficios, y quienes los seguirán alcanzado hasta que esa Ley en tal aspecto, aunque mejor sería hacerlo a la totalidad, sea derogada, eso es ya irreversible. Ese mal ya no se puede reparar. Otra mayor de la ley que esta prole desconoce. Pero si se hubiera actuado en cuanto afloró la verdad de lo que ocurría e iba a desbocarse hoy ya se hubiera parado la sangría. Pero en vez de hacerlo se escondió la cabeza y se pretendió que pasara la tempestad. Pero esta no hace más que crecer y tronar.
El sanchismo solo se ha decidido, y veremos y cómo, a actuar, cuando tras hacerla propia, decir que nada iba a pasar, y negarse a ver la evidencia y solo cuando el desastre provocado hizo saltar la alarma de que tenía impacto electoral, de que podía costarle caro. Pero resulta que la tropa de Montero-Belarra con el gurú don Pablo detrás, siguen en su peana. La culpa de que el bodrio perpetrado por ellos les obligue, porque les obliga a hacerlo, es de los jueces, aunque haya mayoría femenina en las togas, pues son todos y todas malignos, machistas y fascistas de manual. Y de ahí no se quieren apear.
Y Sánchez, como siempre y ante quienes le tienen y llevan del ramal, desde los separatistas al rey marroquí, se arruga y cobardea. Y este PSOE, sumiso, rendido y sin otro principio que el poder, aunque pretenda en ciertos lugares ser de otra pasta, se acula en tablas junto a él. Pasarán días, semanas, meses incluso y la perversa ley seguirá beneficiando a criminales. Cada vez que una ministra sanchista o una podemita salga en un programa de televisión habría que decirle, tal vez, que en el tiempo que está gastando saliva para excusarse o directamente mentir, un violador puede haber salido, ¡por su culpa!, de la cárcel y otros dos acaban de ver reducida su pena.
Quizás el 8 de marzo, cuando se pongan detrás de la pancarta y la consigna, habría que responderles con otra donde tan solo figurara el número de criminales a los que su desatino ha premiado y hasta puesto en libertad. ¿A cuántos habrá llegado ese día en que se conmemora, o a lo mejor eso era es cosa de antaño, la lucha de la mujer por la igualdad?
Esa sí que sería una pancarta de verdad. Y con la verdad.