Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Diccionario de Autoridades

11/03/2020

Consultaba esta mañana el viejo Diccionario de Autoridades de Gredos, recurro a él con muchísima frecuencia, siempre es una gozada zambullirte en sus páginas. El diccionario nació el 30 de abril de 1726, cuando la Real Academia Española presenta al rey Felipe V el primer tomo del primer «diccionario de la lengua castellana» que editaría la Academia y que hoy conocemos como Diccionario de Autoridades, luego diremos el porqué. 
La Academia Española, creada en 1713 a imagen y semejanza de la francesa e italiana, tenía desde su fundación como objetivo prioritario confeccionar un diccionario. Los primeros académicos tratan de hacer la obra lo más rápidamente posible. Así empieza su prólogo: «El principal fin, que tuvo la Real Academia Española para su formación fue hacer un diccionario copioso y exacto».
Hasta ese momento sólo se contaba con el «Tesoro de la lengua castellana o española», de Sebastián de Covarrubias, de 1611, que se puede considerar el primer diccionario del castellano.
En el diccionario de Autoridades aparece en la página XIII de su Prólogo la famosa máxima de la Academia: «limpia, fija y da esplendor». Y explica los motivos:
«Para la empresa que había de servir de escudo y sello, se acordó la trabajaran los Académicos es sus casas, y trajesen todos lo que cada uno hubiese discurrido a la Junta, donde se elegiría lo que pareciese mejor. Ejecutado así, se resolvió por común acuerdo tomar por empresa y sello propio un crisol (es una cavidad en los hornos que recibe el metal fundido) al fuego con este mote: limpia, fija y da esplendor. Aludiendo a que en el metal se representan las voces, y en el fuego el trabajo de la Academia, que, reduciéndolas al crisol de su examen, las limpia, purifica y da esplendor, quedando solo la operación de fijar, que únicamente se consigue apartando de las llamas el crisol de su examen». 
Y por qué «Diccionario de Autoridades». La obra toma como referencia la norma culta, aquella que han utilizado los más destacados escritores, como también señala en el prólogo: «aquellos que han tratado la Lengua Española con la mayor propiedad y elegancia: conociéndose por ellos su buen juicio, claridad y proporción, con cuyas autoridades están afianzadas las voces». 
El Diccionario de autoridades no es simplemente un diccionario, es una joya de nuestra literatura por sus referencias y un archivo interminable de datos para comprender mejor todo nuestro legado cultural y social.